CRUCE DE MIRADAS: ROSARIO, LA OTRA CAPITAL DEL ARTE


Cuna de artistas. La ciudad santafecina ofrece en el Castagnino+macro una novedosa forma de 
abordar la creación contemporánea. Marcos López ideó instalaciones con obras del patrimonio del museo, 
que incluye varias adquiridas en arteBA


López colgó una obra de Claudia Fontes sobre una amenazante cama de vidrios rotos. Gentileza Marcos López
   López colgó una obra de Claudia Fontes sobre una amenazante cama de vidrios rotos. Gentileza Marcos López

Daniel Gigena

Retablos profanados


A estas alturas, anunciar que la colección de arte contemporáneo argentino del Museo Castagnino+macro de Rosario es una de las más destacadas del país es una verdad de Perogrullo. Posee más de 700 obras y, desde la creación en 2004 de la sede a orillas del Paraná, ha mostrado el trabajo de artistas como Nicola Costantino, Marcelo Brodsky, Mauro Guzmán, Marisa Rubio, Leopoldo Estol y Nancy Rojas, entre muchos otros.Desde marzo, para iniciar los festejos por el 80° aniversario del Castagnino -creado gracias a una donación de la madre del pintor y crítico de arte Juan B. Castagnino a la ciudad de Rosario- las autoridades del museo decidieron convocar a un artista para intervenir parte del patrimonio.

A la hora de nombrar una muestra de doble faz, el Macro también indica una clara orientación de política cultural. Hasta el domingo próximo, Pública reúne en los siete pisos de los ex silos Davis, en la costanera de la ciudad, dos miradas sobre esa colección de arte contemporáneo. Una de las miradas es institucional y la otra, individual y foránea, aunque quizás no tan foránea. El artista invitado para hacer ver su mirada a través de las obras del Macro es el santafesino Marcos López (1958).

Una pintura de Roberto Aizenberg fue reproducida sobre la pared y el piso como fondo para selfies   Una pintura de Roberto Aizenberg fue reproducida sobre la pared y el piso como fondo para selfies. Foto: Gentileza Marcos López

“La propuesta fue simple –cuenta López, mentor del sub-realismo criollo-. ‘De las doscientas obras de arte contemporáneo podés elegir las que quieras para armar una exposición’, al menos eso fue lo que yo escuché. Me mandaron un PDF para que eligiera las obras, y luego hice varios viajes para contactar ‘físicamente’ con la colección. Cada vez que entraba al depósito, era como un niño hijo de ricos, consentido, que quiere comprar todo en una juguetería."
Esa manera lúdica se filtra en las intervenciones de López, que rozan tanto el batiburrillo como la ilusión óptica, el retablo profano y la performance. “Mi modo de crear, de armar proyectos, se ajusta a la consigna ‘Más es más’; en vez de sacar, agrego –señala–. Trabajo con el exceso. Luego la realidad, los presupuestos, los tiempos se encargan solitos de acotar.”
La muestra se comprende mejor si se la recorre de arriba abajo. Como se dice allí, bajar es más fácil. Los pisos 6, 5 y 4 del Macro están asignados a la “mirada” del museo, también hecha pública para los asistentes. Varios proyectos especiales conviven en esos segmentos. Obras de Gustavo Romano, Juan Stoppani, además de la hermosa instalación de Verónica Gómez que rinde tributo a Fernando Fader, merecen una visita atenta. Para ver a la distancia las capturas del cielo que inspiró a Manuel Belgrano en su creación de la bandera argentina (obra de Romano), clic en www.castagninomacro.org/gustavoromano.

Una pieza original de Gumier Maier también se “extendió” sobre la pared Gentileza Marcos López
   Una pieza original de Gumier Maier también se “extendió” sobre la pared. Foto: Gentileza Marcos López

Rosa chicle


Desde el tercer nivel comienza a reinar la mirada de López. Trabajos de Claudia Fontes –artista que representa a la Argentina en la 57a Bienal de Venecia–, Santiago Porter y Marcos Zimmermann se exponen entre detalles de las obras, versiones y fragmentos que migraron desde la muestra de López en el CCK hasta Rosario. Allí trabajó con el equipo del taller de pintura El Hurón Rojo, del artista Sebastián Pinciroli, que cuenta con más de cien asistentes. Ellos hicieron copias casi idénticas de Piedra lunar, obra de 1985 de Ernesto Deira, y pintaron en escala descomunal Torre, obra de Roberto Aizenberg, tanto que allí, en la planta baja del museo, los asistentes pueden entrar en la obra y usarla como fondo de selfies.“Hay un piso que se podría llamar ‘Arte rosa chicle-purpurina china-palangana plástica’, que tiene que ver con la estética del Centro Cultural Rojas de los años 90 y cierto pop art criollo –dice López sobre la Sala 2-. Las obras se iban juntando solas unas con otras como si estos mismos artistas, que eran todos amigos entre ellos, se sentaran juntos durante una cena de casamiento. Uno trata de sentarse al lado de la gente afín, con quien sabe que se va a divertir.”Algunos de los invitados a esa boda son Jorge Gumier Maier, Marcelo Pombo, Alberto Goldenstein, Feliciano Centurión (del que se exhibe una de sus inolvidables frazadas), Omar Schiliro, Fabio Kacero, Benito Laren y Sergio Avello. Con ese patrimonio próximo, López crea una distancia irónica sobre el arte pobre, ornamental y tierno de esa década, signada por los fantasmas del sida y la pauperización de la vida en la Argentina. “Yo elegía las obras y escuchaba las voces de los artistas: las risotadas de Liliana Maresca, la voz aguda y los chistes irónicos de Gumier Maier...”, cuenta el creador del pop latino.

Un vidrierista suelto en Rosario

“Pienso que esta muestra es un work in progress de la exposición que hice en 2014 en la Sala Cronopios, Debut y despedida, y de la reciente Ser Nacional en el CCK, donde me tomé el atrevimiento de extender retratos de Antonio Berni y de Pablo Suárez en la pared”, indica López. En Rosario, otras obras se prolongan, acaso con el espíritu maximalista de los avisos publicitarios en las rutas que atraviesan la pampa gringa.“Es un homenaje a artistas que me han inspirado, que me han influenciado y con los que he compartido una época –reflexiona López-. Cuando armábamos las salas, me sentía el vidrierista de las grandes tiendas Falabella o Gath & Chaves. Trabajé con el concepto de un decorador de interiores. El peso dramático, lo trágico, el concepto, el mapa de ilación histórica se van dibujando solos. Las imágenes, las texturas, las formas se van acomodando .”Tanto es así que Pública opera como un palimpsesto. Muestra de muestras, revisa un concepto –el de arte contemporáneo–, además de una institución conservadora como el museo e, incluso, la figura del artista. ¿Cuál es la diferencia entre un Deira falso y el original? ¿Es Entreacto, la escultura de Claudia Fontes elegida por López, una obra nueva con el colchón de vidrios rotos puesto debajo?“Consultamos a cada artista si le parecía bien que ‘interviniera’ su obra con otros materiales –cuenta López-. En algunos casos, como en la obra de Fontes, que es una persona enrollada en un colchón, le construí una cama de vidrios rotos abajo. El conjunto, para mí, forma una nueva obra. Todavía no me puse a pensar en el tema. No sé si cuando termine la exposición a la cama de vidrio la tiramos a la basura o se guarda como una obra.”Mientras tanto, López viene de presentar en la Feria del Libro de Buenos Aires sus dos libros más recientes. Verdad consecuencia (Interzona), que agrupa textos publicados en redes sociales, y la reedición de Pop latino, un hit de La Marca. El viernes próximo, a las 20, en su ciudad natal ofrecerá una charla en la Sala Saer. El título elegido para el encuentro dice algo sobre la poética del artista: “Doble discurso”.“El proceso de trabajo lo estoy plasmando en un documental llamado Academia de copia y tiene que ver con el placer de pintar y no pensar en la originalidad. Charlar, tomar mate, pintar y olvidarse de los problemas de la vida.” ¿Todo dicho? No todavía.

Fuente: lanacion.com

DIÁLOGOS.
EL PUNTO DE QUIEBRE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO
ROBERTO JACOBY Y FERNANDA LAGUNA


En las vísperas de una nueva edición de arteBA, dos artistas y gestores de espacios señalan 
la escasez de innovación y ruptura, la crisis de la exhibición y la falta de incentivos para la libre lectura
de los espectadores

Roberto Jacoby y Fernanda Laguna. Foto: Marcelo Gómez
   Roberto Jacoby y Fernanda Laguna. Foto: Marcelo Gómez.


Fernando García


Roberto Jacoby (72) y Fernanda Laguna (44) juegan a que les están sacando fotos. Hay un fotógrafo en la sala mayor de CIA (Compañía de Investigaciones Artísticas), en el barrio de Congreso, que está sacando fotos reales para ser publicadas en La Nacion, pero los modelos parecen complotados en una especie de performance privada. Acaso haría falta otra mediación, la de una cámara de video, para poder captar la experiencia completa. La actitud decontracté revela en este encuentro una trama de complicidad que está en la base de la sociabilidad del arte contemporáneo.Ambos tienen objetos considerados arte que se expondrán a juicio del mercado en la próxima arteBA -que abre sus puertas el miércoles que viene, en La Rural-, pero su tarea incluye un valor acaso intangible como es el de inventar espacios, reunir gente diversa, potenciar talentos. Este lugar mismo es el último refugio creado por Jacoby para los "agentes" que aplican a una maestría en Estética contemporánea cuando CIA no se convierte en sede de fiestas y conciertos. Casi inadvertida, Laguna mudó su Belleza & Felicidad, enclave post-Rojas, a Villa Fiorito, donde lleva años cambiando la cotidianeidad de los chicos del barrio. Son artistas-gestores que han dejado marca en la palabra en momentos clave de la Argentina. Jacoby escribiendo las letras de Virus en el amanecer de la nueva democracia; Laguna fundando una editorial de guerra como Eloísa Cartonera cuando todo se fundía en el pos default. Que se presenten ellos entonces.
RJ: -Fernanda es, ante todo, una poeta. Y hace poesía con palabras, con objetos, con imágenes, con historias. Lo que gobierna su forma de ser, incluso su trato con la gente o sus proyectos, es siempre algo poético.
FL: -La obra de Roberto en general es poner en marcha al otro para que el otro descubra algo de sí mismo. No sé si llamarlo maestro, sino más bien alguien que fomenta la transformación del otro, ya sean artistas o espectadores.
LN: -Ustedes tienen en común una forma de desplegarse muy diversa. Se diría que son como diletantes. Eso siempre los pone en la frontera del bluff. ¿Lo registran?



RJ: -Eso pasa con todo el arte contemporáneo. Todo el arte contemporáneo camina sobre el filo de la estafa. Y uno de los grandes temas de los coleccionistas y los críticos es ver si la obra es verdadera o un engaño y para eso recurren a diversos artilugios. Por ejemplo: es verdadera si el artista tiene una historia de vida que se corresponde con la obra. Entonces, para cierta obra está perfecto que seas lesbiana; ahora, si esa misma obra la hizo un hombre, pasa a ser falsa. La historia le da la garantía de autenticidad.
FL: -Y también la idea de calidad. Muchas veces hay una búsqueda de la calidad y esta diletancia hace que uno disminuya ciertas aptitudes de la especificidad en pos de esa diversidad. Y lo que hay que entender es que no existe un solo tipo de arte de calidad y específico, sino que hay que aceptar que hay otros tipos de arte con una mirada más abierta. Y que se compone de a retazos.
LN: -¿Este rasgo lo ven muy pertinente a esta época o podríamos rastrearlo en otros momentos de la historia?
RJ: - Yo lo veo muy ligado al posmodernismo. Saltar de un material al otro. Hoy hacés una performance, mañana un video, después pintás un cuadro. Toda esa rotación a través de habilidades muy diferentes a veces requiere que participen otras personas. Hay artistas que ni siquiera tocan la obra o, más aún, que ni siquiera la piensan. Hay algunos que tienen un gabinete de diseño como si fueran una agencia de publicidad, gente que piensa las obras por ellos.
LN: -¿Quiénes? ¿Por ejemplo?
RJ: -No te voy a decir. ¡Me voy a pelear con mis amigos!
LN: - Ah, creí que hablabas de la liga de Damien Hirst.
RJ: -¡Esos ni hablar! Absolutamente es así con las hiperestrellas. Olafur Eliasson tiene un equipo de cien personas que piensan la obra por él. En todo caso, él después la aprobará o no.
FL: -Yo creo que lo que mejor soy es mi secretaria. Soy la mejor asistente del mundo que podría tener. Hago todo. Desde las fotocopias. No me sale tener asistentes. Yo necesito hacer todo antes de pensar. Nunca pienso. Cuando tengo una idea la descarto, me aburre tener que hacerla.
LN: -Perdón, ¿los lugares que fundaste no los pensaste primero?
FL: - No, todo fue como de pedo. No fueron proyectos. Con Turrito empecé colaborando con un comedor y al otro día eso se convirtió en una galería. No es que me pongo a buscar los fondos.En todo caso los fondos los busco después, una vez que el lugar ya funciona.
RJ: -Yo tuve asistentes en una época.
LN: -¿Se fueron?
RJ: -No, ahora son mucho más famosos que yo. Están todos en el extranjero..
FL: -A mí lo que me pasa es que como me ocupo de todo no me queda tiempo para hacer difusión de mi obra.
RJ: -Pero vos no necesitás difusión. Primero porque ya sos un mito. Entonces todo lo que hagas.
LN: -¿Por qué Fernanda Laguna sería un mito?
RJ: -Bueno, porque mostró en el Rojas y sigue trabajando ahora. ¿Cuántos de los que mostraron en el Rojas siguen trabajando con ese nivel de energía?
LN: -Y vos serás otro mito porque estuviste en Di Tella, ¿no?
RJ: -Un poco también, sí.
LN: -Fernanda, ¿él ya era un mito cuando lo conociste?
FL: -Yo era muy analfabeta entonces. Primero nos llevamos mal pero eso duró muy poco. Después, amigos forever. Creo que no entendía su humor porque Roberto tiene una cosa de humor que es muy importante. El humor en el arte es una de las cosas más difíciles de comunicar. Siempre parece un arte de segunda.
LN: -¿Falta humor en el arte que vemos?
FL: -Para mí, sí.
RJ: -Puede ser. En el arte que me gusta a mí casi siempre hay algo de humor. Un humor sutil. La obra de Sebastián Gordín, por ejemplo, es muy humorosa pero al mismo tiempo es sensible. Tiene varias cosas que recubren ese humor propio de él.
LN: -Bueno, ahora mismo la retrospectiva de Benito Laren rebosa humor.
RJ: -¡Es una carcajada eso!
FL: -Sí, pero justamente a Laren no se lo toma demasiado en serio. Se lo ve como alguien raro. Los autorretratos de Roberto usan el humor para descreer de la obra de arte como algo serio y sagrado. ¿Es un chiste? ¿Es de verdad? Y ahí está la trampa: un chiste es tan verdadero como cualquier otra cosa. Aceptar el humor es aceptar la parte inestable de la vida.
LN: -¿ Hay una obra histórica en la que participó Roberto que es el Anti-happening Happening para un jabalí difunto que es un gran chiste sobre los medios. ¿Esa obra sería posible hoy?
RJ: -Los críticos que la atacan dicen que es una obra "chasco". Y sin embargo ese "chasco" se lo siguen comiendo todos los días en todos los medios del mundo. En los diarios y en la televisión todos los días estamos viendo o leyendo historias que no existen, happenings que no hubo. Es un funcionamiento: el equívoco entre lo que podría ser la realidad y lo que no.
LN: -El lenguaje es algo que los dos trabajan mucho. ¿Creen que las palabras que connotan lo que es una buena obra hoy condicionan la práctica artística?
RJ: -Es una especie de deformación todo eso y tiene que ver con la idea de cierto profesionalismo en el arte. Si vos querés ser profesional ya no podés hacer chistes. Entonces ahí hay un choque entre lo que debe ser un artista y una persona jugada que puede ir para cualquier lado.
FL: -El gusto es algo importante en el arte y a mí me gustan las porquerías. Por ahí la obra que más me gusta es una porquería que no está ni siquiera considerada. Cuando vamos a un lugar en el que hay arte ya sabemos que es verdadero y está elegido por alguien. Y el arte es las dos cosas; es verdadero y falso al mismo tiempo. Si el arte fuera verdadero no sería arte.
RJ: -Bueno, eso es lo que le pasaba a la gente con el impresionismo o con el cubismo. La gente vomitaba, los odiaba. Había escándalo, tumultos. El gusto es una construcción histórica penosa.
FL: -Es penosa cuando está constituído pero si cada persona se dejara llevar por lo que le gusta sin importarle la categorización de las cosas estaríamos mejor. El gusto basado en el consenso no me interesa.
LN: - Hay un tipo de arte y de artista que va de bienal en bienal. ¿Esta visibilidad global también depende del gusto?
RJ: -No, ahí intervienen muchas otras cosas. Intervienen las políticas culturales; intervienen las mafias curatoriales; interviene la estructura de sponsors.
FL: -Las bienales están pensadas mucho desde el turismo. Entran en esa área de cultura y turismo. Y ahí aparecen muchos filtros.
LN: - De hecho, ¡cada vez más las ciudades entran en el mapa según tengan bienal o no!
FL: -Es que las hacen para eso, se mueve la hotelería y demás.
RJ: -Lo mismo pasa con los museos de arte contemporáneo. Vos ves un museo de arte contemporáneo y la construcción no está pensada para exponer cuadros. Porque las paredes son redondas o lo que fuera. La arquitectura termina siendo la obra. Una vez nos invitaron al museo de Niteroi, que es una obra de Niemeyer. Es bárbaro desde el punto de vista de Niemeyer, la gente va se saca una foto con el edificio de fondo y nunca entra. ¡Y lo bien que hacen! Porque adentro es imposible hacer algo. No se pueden usar las paredes y entonces tienen todo un sistema de paneles que es un asco. ¡Termina pareciéndose a un pago fácil o a un call center todo!
FL: -Hay una crisis de la exhibición de arte que es tremenda. La gente se aburre. Mover el cuerpo hasta un lugar de exhibición para sentirte presionado a conmoverte porque si no te sentís un idiota es muy frustrante. Yo misma no voy.
LN: -¿No vas a ver muestras?
FL: -No, porque tengo miedo de frustrarme con esa experiencia.
RJ: -Los videos son lo peor. Estás parado, ya no das más, te duele la espalda y tenés que ver una cosa que podrías ver en tu casa tranquilamente.
LN: -¿Hay una crisis en la manera qué se muestra el arte?
RJ: -Crisis en el sentido de punto de quiebre y transformación, no en el de debacle o que algo se viene abajo. El arte contemporáneo no se va para abajo, sino que no para de subir. Es crisis en el sentido de que las reglas del juego han cambiado mucho. Los artistas ya no tienen ningún poder ni ninguna importancia. Ha habido una expropiación del arte a los artistas.
LN: -¿Hecha por quién?
RJ: -Por las instituciones. Por los intermediarios que hay para explicar la obra, para conseguir los fondos, para gestionar, para hacer la educación. Hace cincuenta años no había nada de todo eso. Solo estaban el crítico de los diarios, que era muy importante, el galerista, el director del museo y algún personaje como Romero Brest. Cuatro o cinco eslabones y no más. La relación del sponsor entre el arte y la publicidad no existía.
LN: -Pero había premios auspiciados...
RJ: -Había premios con un jurado pero no tenían el poder que tienen hoy.
FL: -Aparte el sponsor influye hoy en la creación. Si te dan tanta plata podés hacer esto o lo otro. A mí me parece genial que suceda, igual.
LN: -De algún modo el arte contemporáneo les da a los sponsors un aura que no tienen. Creo que cumplen el mismo papel que la Iglesia tenía en el Renacimiento. ¿Lo ven así?
FL: - Sí, la Iglesia hoy son los museos, todo aquello que tiene poder y legitimación.
RJ: -Hubo un momento en la historia en que los artistas fueron más determinantes. Diría que es la época del arte moderno, cuando la Iglesia y las monarquías ya no tenían nada que ver ahí y después la primera fase del arte contemporáneo. Luego de eso, a mitad de los años 80 y principios de los 90 según dónde, el arte empezó a ser considerado como un reservorio de significaciones que podían ser apropiadas, asociadas a algo. A una ciudad, a un sponsor, a determinados curadores. Y eso se siente mucho. Por lo menos yo lo siento mucho. Los artistas perdieron su autonomía y tienen una enorme dependencia de esas estructuras frente a las cuales somos literalmente piojos. Si en algo me identifico con Fernanda es en que nosotros nos inventamos nuestro propio mundo. No estamos esperando que nos acepten. Vos inventaste Eloísa Cartonera, por ejemplo.
FL: -El público directo es lo único que me interesa. Me gusta llegar a los espectadores que quiero tener. No voy a esperar que un museo me haga llegar a la gente. Me hace feliz tener contacto con la gente y no estar en un lugar que me legitime. Por eso hago espacios alternativos. Mi escala es un persona frente a otra. No me interesa que hagan cola para ver una muestra mía. Me interesa que vayan cinco personas con onda que yo pueda conocer e interactuar. El público que uno busca define la obra que hace.
LN: -¿Qué creen que encuentra un sponsor en el arte contemporáneo para invertir dinero cuando el arte contemporáneo finalmente es bastante impopular?
RJ: -Yo creo que una ilusión, como gran parte de la publicidad. Tiene más que ver con los rituales tribales. Viste que en los rituales tribales hacen todo tipo de sacrificios para que llueva, pero no llueve porque alguien mate un chancho. Pero todos los que están ahí consideran que hacen lo correcto. Eso es lo que funciona. Los sponsors, sus propios ejecutivos, los gerentes de las otras empresas, los dueños de las ferias, toda esa gente considera que vos sos parte de ese mundo. No va a pasar nada con la marca pero se crea esa ilusión.
FL: -En muchos casos es una forma de generar contenido para las redes sociales. No les sirve para nada excepto para tener algo que mostrar en Internet.
RJ: -Básicamente lo que quiero decir es que son rituales ineficaces. En todo caso la eficacia que tienen es ser reconocidos por su propio grupo social. Los gerentes de marketing que hacen el sponsor de un museo contemporáneo no creen que van a vender más celofán con eso, lo hacen porque participan del ritual de las empresas que sponsorean arte.
LN: -Hay algunas ideas instaladas sobre el arte contemporáneo que me gustaría poner en cuestión con ustedes. Una dice que el arte contemporáneo expulsó a la gente.
FL: -Siempre fue así.
RJ: -Sí. Lo contrario solo funciona de manera retrospectiva. Una muestra de "Cézanne a Miró" en los años 60 tenía colas de cinco cuadras porque estaban totalmente establecidos y absorbidos. No contenían ninguna contraindicación. Pero en el momento en que Cézanne pintaba ya sabemos lo que pasaba con el público.
LN: -Dicen que si una obra hay que explicarla es porque no sirve. ¿Es así?
RJ: -Sí y no. Los chicos con los que trabaja Fernanda van a ver una muestra de arte contemporáneo y están felices. No están pendientes del significado.
FL: -Y pueden decir con total libertad "esto es una mierda" si no les gusta algo. Creo que los museos tienen miedo de que la gente piense que lo fue a ver es una cagada y por eso lo rodean de explicaciones. Está todo muy armado como para que no puedas opinar, para que sientas que el problema sos vos que no entendés. Hay que liberar un espacio para eso.
LN: -Como decía Roberto antes, el arte contemporáneo desplazó al arte moderno en algún momento del siglo XX. Pero ahora pareciera que nada va a reemplazar al arte contemporáneo. ¿Es eterno? ¿Qué hay que hacer para cambiarlo?
RJ: -El arte contemporáneo está al borde de un abismo temporal. La idea de contemporáneo, a su vez, se va modificando permanentemente. Los cambios que suceden pronto van a necesitar otra denominación.
LN: -¡Pero no ha sucedido!
RJ: -No ha sucedido pero puede suceder. Yo creo que va a suceder por esta crisis que existe. Las relaciones de poder en el arte cambiaron muchísimo en los últimos tiempos.
FL: -Como todo es arte contemporáneo cuando el arte contemporáneo deje de ser arte vamos a ver algo nuevo. Todo lo que sea arte contemporáneo va a ser el pasado y las cosas que no sean arte pero que estén vinculadas de alguna manera van a reemplazarlo.
RJ: -Las performances, el video y demás nacieron como lenguajes de ruptura, de búsquedas, de situaciones. Ese camino de ruptura y de innovación se cerró bastante y se repite como en una nueva academia: la academia del arte contemporáneo. Yo lo veo acá con los agentes que muestran sus obras y te das cuenta de que son obras que ya se hicieron muchas veces y que no se agotan porque, justamente, es la nueva academia. Como antes no se agotaban los modelos propios de la academia: naturalezas muertas, carbonillas, esculturas griegas.
FL: -Eso de que todo sea arte contemporáneo es un fracaso absoluto. Lo genial del arte es que te preguntes "qué es" lo que estás viendo y ahora la respuesta ya viene dada. Hay que generar estrategias para interrumpir aunque sea un minuto esa certeza.
LN: -¿Cuáles son los clichés de este nuevo academicismo?
RJ: -Hay miles. Por ejemplo, uno muy nítido es jugar con el vacío. Vaciar de un libro todas las letras "a" y dejar los huecos. Esto está hecho de mil maneras. El uso de los libros como soporte es otro cliché. Podríamos hacer una bienal entera con obras hechas con libros. El uso de sistemas para hacer obras. Vamos a juntar todas las fotos de la esquina de mi casa a las siete de la mañana durante un año. Esa es una obra típica, una fórmula del arte contemporáneo.
FL: -Podrías usar un sistema, en cambio, para después destruirlo. Y eso sería menos arte contemporáneo.

Biografías

Roberto Jacoby
Artista conceptual, integra la "generación del Di Tella"
Desde la década de 1960 impulsa proyectos en colaboración, como Bola de Nieve, Venus y la revista Ramona. Escribió canciones para Virus y cofundó el Centro de Investigaciones Artísticas, que hoy dirige.
Fernanda Laguna
Artista visual, escritora y curadora
Cofundó el mítico espacio de arte y editorial Belleza & Felicidad (1999-2008), que sirvió de epicentro de artistas emergentes, e impulsó la editorial independiente Eloísa Cartonera. Desde 2003 dirige Belleza & Felicidad en Villa Fiorito.

Fuente: lanacion.com

UN BASQUIAT DE 1982 ENTRÓ EN EL CLUB DE LOS 100 MILLONES

Un japonés pagó US$ 110,5 millones por la obra más cara de un artista estadounidense, y lo puso en el nivel
de Picasso o Bacon
Con pintura en aerosol y óleo en barra, Basquiat hizo a los 21 años el cuadro del récord foto: AP
   Con pintura en aerosol y óleo en barra, Basquiat hizo a los 21 años el cuadro del récord foto: AP


Scott ReyburnRobin Pogrebin
The New York Times

NUEVA YORK.- El cuadro de Jean-Michel Basquiat de 1982, que retrata la poderosa recreación de una calavera, se unió antenoche al exclusivo "club de los cien millones de dólares" en el salón de subastas de Sotheby's, en medio de las exclamaciones de sorpresa del público. Es la sexta obra más cara en la historia de los remates de arte. Apenas diez piezas más han superado los cien millones de dólares. "Está en el mismo nivel que Francis Bacon o Pablo Picasso", afirmó el marchand Jeffrey Deitch, experto en Basquiat.La venta del lienzo, Sin título, provocó una escena apasionante en Sotheby's, ya que la puja entre cuatro compradores, entre aquellos que ofertaban por teléfono y los que estaban presentes en el lugar hicieron que el precio se elevara velozmente por sobre los 60 millones de dólares con los que salió a subasta la obra, realizada con pintura en aerosol y óleo en barra.Pocos minutos después de que se acallaran los aplausos, el multimillonario japonés Yusaku Maezawa se identificó como su comprador a través de la red social Instagram. "Me llena de felicidad anunciar que acabo de ganar esta obra maestra. Cuando la descubrí por primera vez, me conmovió el entusiasmo y la gratitud a causa de mi amor por el arte. Quiero compartir esta experiencia con la mayor cantidad de personas posible", escribió allí sobre su reacción ante una pintura prácticamente desconocida. Maezawa, de 41 años, creador del portal de moda Zozotown y titular de Fundación de Arte Contemporáneo, ya había establecido en 2016 el récord previo para una obra de Basquiat al pagar 57,3 millones de dólares por una pieza de considerables proporciones -también de 1982- subastada por Christie's, que mostraba un demonio con cuernos.El empresario japonés reveló tras la adquisición que planeaba construir un museo en su ciudad natal de Chiba. "Pero antes, deseo entregar a préstamo esta obra, que no ha sido vista en público en los últimos 30 años, a instituciones de todo el mundo -afirmó-. Espero que brinde la misma alegría que me otorga a mí, y que esta obra maestra de un Basquiat de apenas 21 años  inspire a nuestras generaciones futuras".


Varios récords en una noche

La oferta ganadora fue llevada por Yuki Terase, que supervisa el desarrollo de negocios en Japón para Sotheby's, enfrentada con la que moderaba Nicholas Maclean, a través del teléfono, con otro postor. Aún resta saber si incluso un coleccionista tan activo como Maezawa es capaz de sostener un mercado por sí mismo. Será necesario otro Basquiat de primer nivel para probar si sus obras son capaces de sostenerse en los cien millones de dólares.Mientras tanto, la vibrante pieza de Basquiat marcó varios récords en una misma noche: no sólo lo convirtió en el artista norteamericano más cotizado, sino también en el artista afroamericano más importante de la historia y, a su obra sin título, en la primera en ser creada después de 1980 que superó los cien millones de dólares. "Es un momento histórico. Consolida la reputación del artista de nuevo", afirma el coleccionista Larry Warsh.Basquiat, nacido en Brooklyn, pasó de ser grafitero a niño mimado de los coleccionistas en sólo siete años. Murió a los 27, de una sobredosis de heroína, en 1988. De acuerdo a Artprice, el banco de datos más importante sobre cotización de arte, es el norteamericano más cotizado: 80 de sus obras han sido vendidas por un total de 171,5 millones de dólares. Su cotización se ha multiplicado por diez en 15 años."Está abriendo el camino no sólo en términos de mercado sino también de crítica: su obra se está dando a conocer en el gran público. Y creo que ocurre porque habla de los elementos más populares de la cultura norteamericana. Y qué momento más poderoso para que ello ocurra", dijo el artista afroamericano Adam Pendleton.Es quizá un momento emotivo, ya que la obra de Basquiat superó con creces el precio de la de Andy Warhol, su amigo y mentor cuya Silver Car Crash (Double Disaster) (in 2 Parts), de 1963, se vendió en 2013 por 105,4 millones.


Primavera de ventas


El jueves en Sotheby's recaudó un total de 319 millones de dólares al vender el 96 por ciento de los lotes ofrecidos, superando considerablemente las expectativas económicas, que se situaban en 211 millones. El 60 por ciento de las obras superaron su precio de referencia, en contraste con la más apocada subasta de Christie's del martes. "Hubo mayor profundidad en las ofertas que anteanoche -sostuvo Morgan Long, director de Fine Arts Group, una consultora con base en Londres-. Sotheby's, por su parte, ofreció más obras en el rango medio de precios, entre 5 y 10 millones, que evidentemente fueron atractivas para el mercado."Algunas horas antes de la subasta récord, la casa Phillips realizó un remate en su nuevo formato dedicado al arte contemporáneo y del siglo XX. En ese caso, más de la mitad de los 37 lotes ofrecidos tenían precios mínimos garantizados, lo que enfatiza la renuencia de los vendedores a consignar sus obras a un remate sin asegurarse una venta.Rosedale, de Peter Doig, que retrata una nevada en Toronto, se vendió esa noche por 28,8 millones de dólares a un comprador que ofertó por teléfono. Es el precio más alto alcanzado por una pieza del pintor escocés, cuyos imponentes y pictóricos paisajes son muy buscados por los coleccionistas. Doig es ahora uno de los cinco artistas vivos cuyas obras han alcanzado los 25 millones en subasta.El precio era "agresivo, sin duda, pero era una obra nueva para el mercado, y había participado de una muestra importante", analizó Anthony McNerny, director responsable de arte contemporáneo en Gurr Johns, una firma de consultoría y avalúo artístico con base en Londres. McNerny se refería a la inclusión de Rosedale en una muestra individual en la galería Whitechapel, en 1998. "La gente busca paisajes tempranos con esa impronta invernal. Merecía el récord", añadió.Pero el jueves perteneció a Basquiat, y a su histórico ascenso al Olimpo del mercado de arte. "Es asombroso. No me suelen impresionar los números, pero esto supera toda previsión", afirmó Warsh. Por su parte, Adam Pendleton rescató el hecho de que la cifra millonaria subrayó la importancia de los artistas negros: "Aunque ninguno de ellos necesita de un récord para dejarlo en claro -dijo-. Eran fundamentales cuando Basquiat tomó por primera vez un pincel en los años 80, y todavía lo son hoy en día."

Fenómeno por donde se lo mire

Jean-Michel Basquiat
La pintura subastada antenoche es la primera creada después de 1980 que superó los cien millones y la sexta más cara en la historia de los remates de arte. El lienzo de la calavera no ha sido vista en público en los últimos 30 años.
Tras este remate, el artista de Brooklyn (que murió a los 27 años, en 1988) no sólo es el estadounidense más cotizado, sino también el afroamericano más importante de la historia
Al momento,suma 80 obras vendidas por un total de 171,5 millones.

Las 5 más caras en remates

Las mujeres de Argel, de Pablo Picasso
En mayo de 2015, se vendió en 179,4 millones de dólares
Desnudo acostado, de Modigliani
Llegó a los 170,4 millones de dólares. Lo compró un ex-taxista chino
Tres estudios de Lucien Freud, de Francis Bacon
Alcanzó los 142 millones de dólares en 2013
El hombre que señala, de Alberto Giacometti
Pagaron por la famosa escultura 141,2 millones de dólares
El grito, de Edvard Munch
Este emblema del expresionismo se vendió en 2010 por 119,9 millones


Fuente: lanacion.com

AL DEMONIO CON EL PATRIMONIO

Las represas que se proyectan en el río Santa Cruz dejarán bajo el agua un patrimonio arqueológico de 10 mil años. 

Al demonio con el patrimonio
   Mano en negativo de Yaten Guajen

Marina Alzen

Alguien en el Gobierno tendrá que explicar por qué se piensa descartar el patrimonio arqueológico de la Argentina como si fueran hojas del rollo de cocina. Porque las represas que se proyectan sobre el río Santa Cruz sepultarán definitivamente bajo el agua pinturas rupestres y petroglifos estampados con belleza por grupos que habitaron hace casi 10 mil años esta meseta esteparia. Un sitio particularmente sensible es el cañadón de Yaten Guajen, que en la lengua tehuelche quiere decir “piedra pintada”. Será importante e histórico, pero quedará inundado si se construye el embalse Jorge Cepernic. Hasta el estudio de impacto ambiental que realizó el gobierno anterior reconocía que la zona es “altamente sensible” desde el punto de vista arqueológico. No sólo hay dibujos de manos, pies y de fauna en las paredes de las montañas, aleros y cuevas, sino que también hay gran cantidad de material lítico y restos óseos. Los pobladores que allí vivieron eran cazadores recolectores, que se sostenían gracias al guanaco. Ahora, vamos a deshacernos de su legado, aunque sea más antiguo que las mismísimas pirámides. Y de un plumazo.
Al demonio con el patrimonio
    Un pie en Yaten Guajen.
Al demonio con el patrimonio
    Petroglifos de Yaten Guajen.


Fuente:clarin.com

LES LUTHIERS TORCIÓ EL DESTINO
Y LOGRÓ CONQUISTAR A UNA "PRINCESA" QUE LE QUITABA EL SUEÑO

La larga amistad del grupo con España queda sellada con este premio que les entregará, en octubre, el rey Felipe VI; Quino, el anterior argentino en recibirlo
Mundstock, Turano, Maronna, Núñez Cortés, López Puccio y O'Connor Emiliano Lasalvia
                        Mundstock, Turano, Maronna, Núñez Cortés, López Puccio y O'Connor. Foto: Emiliano Lasalvia


UN PRINCESA DE ASTURIAS PARA EL HUMOR ARGENTINO


Martín Yebra

MADRID.- Cuando en 2007 el gobierno de España les concedió la Orden de Isabel la Católica, los integrantes de Les Luthiers anunciaron con solemnidad que ellos, en correspondencia, otorgarían a los reyes el premio Mastropiero.Por supuesto nunca ocurrió. Pero ahora, 10 años después, tendrán ocasión de disculparse por la promesa incumplida: el rey Felipe VI, uno de sus admiradores fieles, les entregará en octubre el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades en la gala fastuosa que se celebra en el Teatro Campoamor de Oviedo.Un jurado presidido por el académico de la lengua Víctor García de la Concha anunció ayer la distinción al grupo por considerarlo "uno de los principales comunicadores de la cultura iberoamericana desde la creación artística y el humor".Eternos candidatos a este reconocimiento, el más prestigioso en el ámbito cultural español, los miembros de Les Luthiers se habían acostumbrado a festejar las sucesivas derrotas con el ánimo del himno militar de uno de sus primeros discos: "¡Perdimos, perdimos, perdimos otra vez!". Ayer los llenó de emoción haber torcido el destino. "¡Gracias, gracias, gracias! Este premio es una de las pocas cosas en toda nuestra historia, ahora podemos confesarlo sin rubor, que soñábamos con ganar", expresaron en un comunicado apenas se conoció la noticia.

Amor incondicional y mutuo

Más allá de las justificaciones, el premio es una celebración del amor incondicional y mutuo entre España y Les Luthiers. La historia no empezó del todo bien. Corría 1974, los estertores del franquismo. El sexteto formado entonces por Marcos Mundstock, Jorge Maronna, Carlos López Puccio, Carlos Núñez Cortés, Ernesto Acher y Daniel Rabinovich recaló en el teatro Marquina de Madrid, una sala chica cerca del Paseo de los Recoletos, para presentar Recital 73. Los críticos los cubrieron de elogios, pero fue un fracaso económico del que les costó reponerse.En Madrid los teatros les quedan chicos: en sus últimas visitas actuaron en el Palacio de los Deportes, una suerte de Luna Park en el barrio de Salamanca. El respeto y la admiración que despierta Les Luthiers en estas tierras habían quedado patentes hace cinco años cuando el gobierno de Mariano Rajoy les otorgó a sus integrantes la ciudadanía española en función del mérito.Pasaron siete años hasta que reaparecieron en España. Eran todo un culto. No había videos ni se editaban sus discos, pero los conciertos de Les Luthiers circulaban de mano en mano en casetes pirateados. Sus fans se sentían parte de una suerte de sociedad secreta y descubrieron que eran más de los que creían cuando función tras función se agotaban las entradas en el teatro Alcalá Palace. Desde entonces superaron las 1400 actuaciones en 75 ciudades de España. Ya tienen espectadores de "cuarta generación", les gusta alardear. Vuelan a la que llaman su "segunda patria" hasta tres veces al año.Ahora será el rey quien los honre. El Princesa de Asturias tiene una dotación de 50.000 euros y la reproducción de una escultura de Joan Miró. Los ganadores de las ocho categorías -Artes, Comunicación, Cooperación Internacional, Letras, Deportes, Concordia, Investigación y Ciencias Sociales- asisten a Oviedo a una semana de festejos que concluye con la ceremonia de premiación. López Puccio, Núñez Cortés, Maronna, Mundstock y los dos "nuevos", Horacio "Tato" Turano y Martín O'Connor (reemplazantes de Rabinovich), tendrán la ocasión de pronunciar un discurso delante del rey. ¿O acaso se animarán con una pieza musical?
O'Connor, Turano, Núñez Cortés, Maronna, López Puccio y Mundstock foto: EFE
     O'Connor, Turano, Núñez Cortés, Maronna, López Puccio y Mundstock foto: EFE

La candidatura de Les Luthiers había sido propuesta por el lingüista Álex Grijelmo, que ayer celebró la concesión con un recuerdo especial a su amigo Rabinovich, fallecido en 2015. "Este galardón habría colmado de alegría a Daniel, el inolvidable Neneco. Él estaba pendiente de las noticias del día por si llegaba el premio más ansiado. La alegría que sentirá tanta gente al saber que se ha hecho justicia artística no podrá separarse de la tristeza por la ausencia de su voz y sus risas."Este 2017, cuando se cumplen 50 años del debut de Les Luthiers, parecía la ocasión ideal para homenajear a los inventores de la mandocleta (fusión de mandolina y bicicleta), la violata (el violín de lata) y la exorcítara (el arpa para ahuyentar demonios). Les ganaron a 28 postulantes entre los que figuraban el cineasta Martin Scorsese; los directores de The Washington Post, Martin Baron, y de The New York Times, Arthur Ochs Sulzberger Jr., y el biólogo Francisco José Ayala.Aunque muchas veces los postularon para el premio de las Artes, finalmente se quedaron con la categoría de Comunicación y Humanidades, la misma que obtuvo en 2014 el último argentino galardonado por la Fundación Princesa de Asturias: Joaquín Salvador Lavado, "Quino".

Referentes

"Son gente que trabaja con la palabra, los instrumentos musicales, la escenografía y la fantasía en un ámbito de libertad que es un referente para nuestra sociedad", explicó García de la Concha. Otra integrante del jurado, la filósofa Adela Cortina, añadió: "Han sido capaces de trasladar a generaciones enteras una forma de vivir crítica y risueña a la vez. Son unos comunicadores excepcionales y universales".El pensador Emilio Lledó, ganador del mismo premio hace dos años, se declaró fan del grupo y justificó su voto: "¡Me he reído tanto con ellos! El humor es algo que llena de esperanzas y es vital".Tendrá ocasión de verlos otra vez en septiembre. Ya vuelan las entradas para seis funciones de la antología ¡Chist! en el Palacio de Congresos de Madrid, un auditorio de 1800 localidades. Se promociona como la ocasión para disfrutar lo mejor de 50 años de trayectoria. Un canto a la nostalgia. Ya lo dijeron ellos tantas veces: "Todo tiempo pasado fue anterior".

España, de las giras al premio más deseado
Lino Patalano


Les Luthiers debutó en España el 16 de mayo de 1974 presentando en el teatro Marquina el espectáculo Recital ´73, de la mano de Pepe Caturla quien fuera uno de los más grandes empresarios españoles y que junto a su mujer, Maricarmen Yepes -una actriz de un talento tan enorme como su gracia-, no sólo fueron sus productores en la Madre Patria hasta el fin de sus días, sino un par de queridísimos amigos. Caturla -como algunos otros valientes empresarios- se animó también a llevar a España a Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Jorge Cafrune y -entre muchos otros- a Julio Bocca aún cuando en esos comienzos las épocas no fueran del todo propicias, económicamente hablando. Así fue que la primera cena de 1974 -temporada en la que el éxito artístico fue enorme, pero la capacidad de la sala de apenas 500 lugares no permitía grandes gastos- se realizó en una pizzería a la vuelta del Marquina, y fue el puntapié inicial de lo que luego se convertirían -a partir del regreso del grupo en 1981- en lo que él dio en bautizar como "Grandes Giras Gastronómicas" en las que ya fuera una ciudad importante o un pequeño pueblo, siempre había un exclusivo restaurante esperando a los artistas. Esa costumbre fue heredada por todo el grupo y actualmente es una aventura de la que todos participan -tanto el equipo argentino como el español- y que consiste en encontrar cada vez un lugar para comer que sea mejor que el de la gira anterior anterior.Esto que cuento es histórico y soy testigo presencial recién a partir de 1996, año en que me uní a su grupo de trabajo y pude comprobar "in situ" todos estos hechos y de ver como todo el público español espera con ansias en el regreso cada año de estos artistas que se ganaron su cariño y admiración, y que desde el comienzo tienen la maravillosa mecánica de llevar a España como estreno el espectáculo que ya no representan en Argentina. En 2018 recién llevarán "Viejos Hazmerreíres", mientras en la Argentina estrenan en pocos días "Les Luthiers Gran Reserva"A lo largo de todos estos años, Les Luthiers ganó -entre otras múltiples distinciones- premios tan importantes como el Max a las Artes Escénicas y la condecoración de la Orden de Isabel la Católica, pero este Princesa de Asturias -que antes era Príncipe- fue por la enorme importancia que conlleva uno de los más deseados, sobre todo por Daniel Rabinovich que seguramente ahora estará feliz desde donde sea que nos mira. Y en mi caso, fueron muchos años de esperar despierto la decisión del jurado durante muchos años, a las cinco de la mañana hora argentina, para luego irme a dormir con el gustito amargo de saber que se lo había llevado otro. Hoy no fue así. No sólo no me volví a dormir, sino que todavía ahora, siendo casi las 5 de la tarde, todavía tan excitado como cuando escuche que al fin el Princesa de Asturias ya estaba en manos de estos queridos artistas.
El autor es productor teatral.

"La parodia del culturismo que se mantuvo vigente"

Constanza Bertolini

Quino atiende el teléfono y toma la sopa. No es como su Mafalda: a él le gusta. Este mediodía, además, el dibujante está especialmente contento porque Les Luthiers obtuvo el premio Princesa de Asturias, el mismo que él ganó hace tres años. "¿¡Pasaron tres años ya!?", se sorprende. "Ellos estuvieron a punto de recibirlo varias veces -recuerda-. Representa un premio a la Comunicación, cosa que ellos hacen muy bien, como lo garantizan los años que llevan trabajando juntos, porque constituyen una especie de milagro: es raro que durante tanto tiempo un grupo así siga unido, sin peleas.Como Mafalda en aquel 2014 de inagotables celebraciones, Les Luthiers está festejando sus 50 ahora, factor que no hace más que reforzar el carácter de reconocimiento a la trayectoria que tiene este galardón. También en coincidencia con Quino, el ahora sexteto tiene al humor como forma de expresión artística. "Ellos demostraron ser únicos. La clave de su éxito, de la carrera tan fructífera y larga que tienen, está en ese humor tan extraño para este país, donde existe la tendencia de hacer reír con cosas groseras. Les Luthiers siempre manejó una calidad excepcional, en lo musical también. Nunca se vulgarizaron ni bajaron su nivel. Además son muy modestos, no son fanfarrones. El premio es simpático y ellos son muy simpáticos también", insiste Quino en el juego de las coincidencias. Y les augura a los integrantes del grupo mucha diversión con este premio, que además de un cheque por 50 mil euros y una escultura de Miró -que Quino exhibe en su casa- entrega una serie de latitas con chiches. "Del dinero ni me acuerdo, me lo debo haber gastado -se ríe-. Pero me dieron unos ladrillitos de goma de colores para armar casitas, muy lindos."Como medio siglo de carrera exige renovarse, para mantener la calidad y sobre todo la vigencia, personalmente Quino cuenta que cada día anota las ideas que se le van ocurriendo en una libreta. "Es muy difícil igual. Una de mis obsesiones fue evitar repetirme, y llegó un momento que me di cuenta de que lo estaba haciendo. El discurso de Mafalda estaba agotado y por eso dejé de hacerla, aunque los problemas que trata se van renovando y algunos están cada vez peor (ahora tenemos al señor Donald Trump que ha venido a traer un conflicto que hay que ver cómo lo resuelve este guapo..., que lamentablemente no es del 900). Les Luthiers, en cambio, se mantuvo muy bien a través de las décadas, con mucha altura. Se han preocupado por hacerlo seriamente, con esa especie de parodia del culturismo tan suya. De modo que estoy muy contento con este premio. Además se había generado algo medio feo: decían que se lo iban a dar a ellos y me le dieron a mí, así que hay final feliz para esa tonta rivalidad nuestra que se había creado."A propósito de cumplir 50, hoy Quino estará en la Feria del Libro soplando las velitas por el medio siglo de De la Flor. "Estamos todos cincuentones", suspira, a sus 84. Y deja oír el ruido de la cuchara contra el plato.
Una distinción que nació hace 50 años
Marcelo Stiletano
La elección fue obra de un jurado integrado por juristas, filósofos, lingüistas, filólogos, escritores y comunicadores de prestigio. Un grupo de expertos consumados en las mismas artes muy serias que Les Luthiers celebra en clave de divertimento desde hace cincuenta años. De esa deliberación interdisciplinaria surgió el veredicto: el jurado identifica al grupo como "referente de libertad de la sociedad contemporánea" y destaca la importancia decisiva del humor en su obra. Sugiere que Les Luthiers ha logrado vencer al tiempo del modo más original desde el lenguaje, desde la música y desde el ejercicio escénico. No hizo otra cosa que ponerle un nombre y un título definitivo al mismo premio que el público argentino le viene otorgando a Les Luthiers, aplauso tras aplauso, desde 1967.

Actores brillantes de tempo exacto


Pablo Gorlero

Más allá de sus habilidades y talento como músicos o cantantes, si hay algo que hace distintivos a los muchachos de Les Luthiers es su calidad actoral. Es indudable que Daniel Rabinovich y Gerardo Masana fueron actores maravillosos, al igual que Marcos Mundstock, Carlos Núñez Cortes, Carlos López Puccio, Jorge Maronna y Martín O'Connor.
Son comediantes magníficos, reyes del timing, de la réplica y capaces de hacer un gag mientras ejecutan los más complicados instrumentos. Son creadores de historias. Cada una de sus creaciones contiene un puñado de historias o de situaciones, y para esto es necesario contar con grandes intérpretes. Las escenas teatrales de Les Luthiers son una partitura en sí misma. Así pueden darle a un remate carácter de glissando o a una réplica pícara, un calderón. Ellos hacen música con la palabra y con el humor. Quien haya visto más de una vez un mismo espectáculo podrá notar que allí hasta las inflexiones de voz se dicen de la misma manera. Es un organismo escénico perfecto, en el que hay otra cualidad que los vuelve más especiales aún: el trabajo unívoco que hacen en conjunto. Además, ellos hasta parecen divertirse, y ahí está la clave del disfrute continuo que logran en el público.


Con la música del pasado por delante
Pablo Gianera

No hay que olvidarse de que Les Luthiers nació a la vida pública al amparo del Instituto Di Tella, es decir, bajo el ala de la neovanguardia de los años sesenta. Esta particularidad resulta crucial para entender cuál fue su verdadera novedad. En cierto modo, y sin saberlo, Les Luthiers lleva al extremo del espectáculo la idea del teatro instrumental que Mauricio Kagel imaginó en 1966, es decir, un año antes de la fundación del grupo. Sin ir más lejos, algunas obras del propio Kagel, como Tango alemán o Dos hombres orquesta (la misma voluntad para inventar instrumentos), podrían sin sobresaltos haber sido de Les Luthiers.Es claro que el grupo llevó la parodia a un grado inusual del refinamiento, pero lo hizo según las reglas de su tiempo, o según eso que suele llamarse el espíritu de la época. Les Luthiers sólo es comprensible en una escena artística "post", que entiende el pasado como un depósito colosal de materiales disponibles. Basta pensar en La bella y graciosa moza marchose a lavar la ropa o en la Cantata del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras. Las dos recuperan formas pasadas, prestigiosas y ya vacías (el madrigal o, justamente, la cantata) y las llenan de otros materiales. Los músicos de Les Luthiers fueron los primeros posmodernos de estas costas.

"La gente usa nuestro humor como un espejo"

Mientras el grupo festeja su medio siglo, dice que este reconocimiento es la frutilla del postre
Mauro Apicella

Con el Premio Princesa de Asturias 2017, que acaba de ganar, Les Luthiers tiene más exposición que Pampita y la China Suárez juntas. Marcos Mundstock escucha la comparación y larga una carcajada. Ayer, este hombre, que no tiene fama de madrugador, amaneció muy temprano con la gran noticia que llegaba de España y pasó toda la mañana conversando con los medios que lo llamaron por semejante premio.La fama no es puro cuento -a pesar de que así lo refrende el tango-, pero para muchos es un fulgor pasajero que hace que, por alguna circunstancia puntual, algunos nombres estén en boca de todos. El caso de Les Luthiers es distinto porque ellos siempre fueron distintos. Únicos. Hasta se podría divagar y decir que el rubro en el cual fueron nominados y premiados, Comunicación y Humanidades, podría formar parte de uno de sus históricos sketches. Pero esta vez el humor no estuvo ni cerca del debate de quienes los eligieron, de una lista de 28 candidatos en la que también aparecían figuras como Martin Scorsese. El presidente del jurado, el ex director de la Real Academia Española Víctor García de la Concha, dijo que con sus actuaciones Les Luthiers fue "un espejo crítico y un referente de libertad en la sociedad contemporánea"."No sabría decirte a qué apunta con lo de referente de libertad -analiza Marcos Mundstock-; quizá por lo creativo de imaginar un estilo que no existía antes. En cuanto a lo de ser un espejo, creo que de algún modo es lo que pasa con la gente. Si bien no somos masivos como un programa televisivo de éxito, nuestro público manifiesta el hábito del teatro y del concierto y se identifica con nosotros. Hacemos humorismo hablado, textual, y la gente se acostumbró a usarlo como espejo. Usan nuestras frases."El Princesa de Asturias es un premio a la trayectoria que llega justo cuando el grupo cumple 50 años. "La frutilla del postre. O la fresa del postre, se diría en España", acota Marcos. Además, reconoce que si bien el grupo ha hecho una larga carrera en la península ibérica, con giras de dos meses al año que comenzaron en 1974, durante el final del franquismo, este premio no se circunscribe a Hispanoamérica, como sucede con el Cervantes, porque no está enfocado en la lengua española.Es más universal", dice Mundstock. Y es universal como ellos. "Nunca fuimos muy rupturistas. Jamás se nos dio lucirnos por ese lado. En el [Instituto] Di Tella se veían personajes muy vanguardistas. Teatro experimental. Nosotros hacíamos un espectáculo, para usar un término de las artes plásticas, bastante figurativo. Éramos muchachos de veintipico, estudiantes universitarios, en una época en la que todavía se usaban saco y corbata. Pero inventamos una cosa que tuvo repercusión, con un humor intemporal que funcionó sin que nos lo hubiéramos propuesto", resume Mundstock.A pesar de que el premio llega luego de varios años de nominaciones, su esencia siempre tuvo mucho que ver con Les Luthiers. Tanto que en las primeras giras españolas se presentaron en el teatro Campoamor, de Oviedo, donde serán galardonados oficialmente, el 20 de octubre próximo.

Fuente: lanacion.com