CRISTÓBAL COLÓN Y JUANA AZURDUY,
JUNTOS DETRÁS DE LA ROSADA


Colón, de pie con la grúa, a la izquierda, y la mano de Juana Azurduy que asoma por el coatado de la base de su monumento. (David Fernández)
Colón, de pie con la grúa, a la izquierda, y la mano de Juana Azurduy que asoma por el coatado dela base de su monumento. (David Fernández)


Y un día las esculturas del navegante genovés y de la heroína de la guerra de la Independencia Latinoamericana convivieron en la plaza.

Colón fue puesto de pie otra vez para su traslado a Costanera Norte y la General del Ejército Argentino espera (se ve asomar su mano) para ser subida a la base donde ya hay parte del grupo escultórico que forma su monumento y que sería inaugurado el próximo 12 de julio, aniversario del nacimiento de la guerrera y Día de la Hermandad Argentino Boliviana.


Fuente: clarin.com

TRAS SEIS AÑOS,
LA FLOR GIGANTE DE RECOLETA RECUPERA HOY SU MOVIMIENTO


  La Floralis Genérica obsequiada a la ciudad por el arquitecto argentino Eduardo Catalano. (Emmanuel Fernandez)
La Floralis Genérica obsequiada a la ciudad por el arquitecto argentino Eduardo Catalano. (Emmanuel Fernández)


Después de años de estar paralizados, los enormes pétalos de acero inoxidable de la Floralis Genérica volvieron a moverse. Y hoy al anochecer, la enorme flor de la plaza de las Naciones Unidas será reinaugurada tal cual la concibió el arquitecto Eduardo Catalano, quien la donó a la Ciudad en 2002. El Gobierno porteño la recuperó con la colaboración de la empresa OCA, que aportó $ 4 millones para reparar sus mecanismos.
“Cuatro meses después de su inauguración, la flor ya tuvo problemas para abrirse. Además, tenía un diseño estructural no acorde con los nuevos vientos y tormentas que se están experimentando la Ciudad”, explica Rodrigo Silvosa, subsecretario de Mantenimiento del Espacio Público del Ministerio de Ambiente porteño.
La Floralis es la única escultura con movimiento de la Ciudad. Con este monumento, ubicado en Figueroa Alcorta y Tagle, el arquitecto Catalano quiso representar a todas las flores. Nunca reveló cuánto costó, pero se estima que fue entre US$ 4,5 y 6 millones.

  La Floralis Genérica obsequiada a la ciudad por el arquitecto argentino Eduardo Catalano. (Emmanuel Fernandez)


Para construir su flor, Catalano contrató a Lockheed Martin, que debía ocuparse de su mantenimiento por 25 años. Pero la empresa se fue del país y el cuidado de la escultura quedó en manos de la Ciudad. La última vez que se accionó el mecanismo de la Floralis fue en 2009. Después hubo una falla en su sistema hidráulico y sus pétalos quedaron abiertos e inertes, expuestos a las inclemencias del tiempo. El viento y la acumulación de lluvia la fueron afectando. Además, su sala de máquinas fue intrusada por ocupas.
El momento más crítico del monumento fue cuando, el 9 de septiembre de 2014, un temporal de granizo provocó una rajadura en un pétalo, que cedió y quedó a un metro del piso. “Hubo que vallar la flor y apoyar el pétalo dañado sobre una estructura, a la espera de la reparación definitiva de la escultura”, recuerda Silvosa.
La restauración se demoraba porque hacía falta una intervención compleja y costosa. Hasta que en octubre de 2014, el Gobierno porteño cerró un acuerdo con la empresa OCA para que apadrinara por tres años la plaza de las Naciones Unidas y se hiciera cargo del arreglo de la flor.

Tras seis años, la flor gigante de Recoleta recupera hoy su movimiento. (Néstor Sieira)
Tras seis años, la flor gigante de Recoleta recupera hoy su movimiento. (Néstor Sieira)
























“La Floralis Genérica es un ícono de la Ciudad, fotografiado a diario por miles de turistas. Había que recuperarlo”, sostiene Mariano Martínez, gerente de Comunicaciones Corporativas de OCA, que invirtió $ 4 millones en la restauración.

La flor está hecha en acero inoxidable y tiene un armazón de aluminio y hormigón. Mide 22 metros de alto, pesa 18 toneladas y abierta alcanza los 32 metros de diámetro. “Lockheed Martin la construyó con materiales de uso aeronáutico que se arqueaban con el peso y el viento. A los cuatro pétalos más expuestos tuvimos que darles rigidez con una estructura de aluminio. Esto les sumó unos 500 kilos a cada uno, así que ahora pesan cerca de 4.000 kilos”, detalla el arquitecto Helmut Kupczyk, que comandó el equipo de 20 personas que reparó la flor.
“Como los planos originales están perdidos, todo fue un proceso de prueba y error. En uno de los primeros intentos, no logramos cerrar la flor porque los pétalos se tocaban entre sí. Nunca sabíamos qué iba a pasar en la próxima prueba”, agrega Silvosa.

Tras seis años, la flor gigante de Recoleta recupera hoy su movimiento. (Néstor Sieira)
Tras seis años, la flor gigante de Recoleta recupera hoy su movimiento. (Néstor Sieira)

Como parte de los trabajos hubo que instalar un nuevo anemómetro, para que detecte si el viento supera los 40 km/h y la flor se cierre automáticamente. Además, la conectaron con la Dirección General del Sistema Pluvial de la Ciudad, que también puede cerrarla en forma remota si sus radares muestran que se acerca una tormenta.
Antes, un operario activaba el mecanismo para abrir la Floralis de día y cerrarla de noche. Ahora le pusieron un sensor como los que regulan las luminarias del alumbrado público según la intensidad del sol. Cuando ese sensor detecte el amanecer, los pétalos se abrirán solos y cuando oscurezca, se cerrarán.

También hubo que recuperar la sala de máquinas, donde está el pistón de acero inoxidable que mueve los pétalos. Las bombas de agua que nutren la fuente donde se alza la flor estaban corroídas por el óxido, por lo que hubo que sacarlas, rectificarlas y reinstalarlas.
Además, cambiaron las luces del monumento y las de la fuente misma por LED’s y rehicieron toda la instalación eléctrica. “La empresa Philips aportó las luces y BGH los sensores. Recuperamos el monumento tal cual lo ideó el artista, pero aprovechando la tecnología de 13 años después”, sostiene Silvosa. La reinauguración será hoy a última hora de la tarde cuando, con los primeros minutos de oscuridad, la flor al fin vuelva a cerrar sus pétalos.
  La Floralis Genérica obsequiada a la ciudad por el arquitecto argentino Eduardo Catalano. (Emmanuel Fernandez)


El show, a las 18
La Floralis Genérica será reinaugurada hoy a las 18 en la Plaza  Naciones Unidas, junto a la Facultad de Derecho. Para celebrar la recuperación de la única escultura con movimiento de la Ciudad se presentará el show “Buenos Aires en Flor”. Se trata de un espectáculo visual que se proyectará sobre una pantalla gigante de agua. Además, los músicos Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale ofrecerán un recital en vivo. Y la gran estrella será la Floralis, que volverá a cerrar sus pétalos. La entrada es libre y gratuita.

La flor gigante recuperó el movimiento con un show de luces y sonidos



Tras seis años de parálisis.


Desde ayer, los pétalos de la Floralis de Recoleta vuelven a cerrarse de noche y abrirse durante el día.

Abierta. Por última vez de noche, en el festejo donde también estrenó su nueva iluminación. Foto: Juan Manuel Foglia
Abierta. Por última vez de noche, en el festejo donde también estrenó su nueva iluminación. Foto: Juan Manuel Foglia

Trece años después de su inauguración, y después de seis años de parálisis, la Floralis Genérica volvió ayer a moverse. El milagro ocurrió mientras se desplegaba un show visual, con proyecciones sobre la propia escultura y sobre una cortina de agua. La celebración terminó con un recital de Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale, en la Plaza de las Naciones Unidas. Ahora, la enorme flor se abrirá sola con cada amanecer y se volverá a cerrar con la caída del sol, tal como lo soñó su creador y donante, el arquitecto Eduardo Catalano.
Desde su inauguración, en el año 2002, la única escultura con movimiento de la Ciudad tuvo problemas para abrir y cerrar. Con el tiempo, sólo se la accionaba en ocasiones especiales, hasta que en 2009 se rompió su sistema hidráulico y sus pétalos quedaron abiertos y expuestos a las inclemencias del tiempo. Tampoco funcionaban los sensores que detectaban la presencia de viento o tormentas fuertes. En septiembre del año pasado, un temporal ocasionó una rajadura en un pétalo, que cedió y quedó a apenas un metro del piso.
Para reparar la escultura, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño recurrió a aportes privados. Por un lado, la empresa OCA se comprometió a apadrinar la plaza de las Naciones Unidas por tres años y se hizo cargo del arreglo de la escultura, que costó $ 4 millones. Reforzaron los cuatro pétalos más expuestos con estructuras de aluminio y recuperaron la sala de máquinas. Fue un trabajo de prueba y error, porque los planos originales están desaparecidos.
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Mientras tanto, BGH aportó un sistema de sensores, comunicación y gestión de datos, que permitirá cerrar la Floralis en forma preventiva. Este cierre se podrá concretar tanto de manera automática local, cuando un anemómetro detecte vientos superiores a los 30 km/h, como desde la Dirección General del Sistema Pluvial de la Ciudad.
Por su parte, Philips instaló luces en los extremos inferiores de cada pétalo y en el centro de la escultura; y en cada uno de los cuatro pistilos de la Floralis. También iluminó la fuente. El sistema podrá ser controlado de manera remota por una computadora y se podrán crear efectos de luces.
Ayer a las 19, el jefe de Gabinete del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, descubrió una placa junto al presidente de OCA, Patricio Farcuh. Después comenzó el show de luces “Buenos Aires en Flor, ambientado con ‘El tema del milenio’, de Lito Vitale. Mientras, la flor se fue abriendo lentamente, a pesar de que ya era de noche.
La fiesta continuó con un recital del propio Vitale junto a Baglietto. Después, la flor se volvió a cerrar. A partir de ahora, unos sensores detectarán las primeras horas de luz de cada día y la flor se abrirá automáticamente. De noche, al igual que ocurre con la iluminación pública, los mismos sensores detectarán la oscuridad y cerrarán la escultura.
La Floralis Genérica está hecha en acero inoxidable y tiene un armazón de aluminio y hormigón. Mide 22 metros de alto, pesa 18 toneladas y abierta alcanza los 32 metros de diámetro. Fue diseñada por el arquitecto argentino Eduardo Catalano, que la donó a la Ciudad en 2002 y falleció ocho años después, a los 92 años. Con su escultura, quiso representar a todas las flores. Y ahora, finalmente, este ícono de Buenos Aires vuelve a funcionar como la imaginó su creador


Fuente: clarin.com

CONFIRMAN QUE "SAÚL Y DAVID"
ES UNA PINTURA DE REMBRANDT

http://www.clarin.com/cultura/Retoques-graves-XIX-restaurado-ocasiones_CLAIMA20150609_0251_28.jpg

Después de más de cincuenta años de dudas, se confirmó en forma definitiva que el óleo Saúl y David fue pintado por el pintor holandés entre 1650 y 1655. Lo anunció Emilie Gordenker, la directora del Museo Mauritshus, en La Haya, Holanda, donde se encuentra la pintura.
A partir de mañana, la obra totalmente restaurada podrá verse en una muestra de la galería holandesa.
La pintura, que sufrió graves daños en el siglo XIX y fue restaurada en múltiples ocasiones, reproduce el encuentro entre Saúl y David según el Antiguo Testamento. Rembrandt pintó a David arrodillado y tacando el arpa ante el rey hebreo.
Los investigadores emplearon técnicas avanzadas de rayos x para atravesar las capas de pintura procedentes de restauraciones anteriores y determinar así que los pigmentos utilizados fueron los mismos que los empleados por Rembrandt en el siglo XVII.
Un director del museo holandés compró el cuadro hace un siglo pero en 1960 comenzaron a surgir las dudas sobre su autoría. Desde ayer, hay certeza y la posibilidad de contemplar una obra más del genial pintor holandés.

Fuente: clarin.com

UN HOMBRE "SEÑALADO" COMPRÓ EL GIACOMETTI

Al dueño de la obra récord lo había demandado la justicia en EE.UU.
 Foto: Archivo


El hombre que señala, la escultura del suizo Alberto Giacometti, que se vendió el mes pasado en una cifra récord, fue comprada por un hombre "señalado" por la justicia estadounidense.
Según informó ayer The New York Post y reprodujeron medios de todo el mundo, Steven Cohen, inversor multimillonario y uno de los coleccionistas de arte más poderosos, fue quien pagó los 141,3 millones de dólares durante la subasta de Christie's realizada el 11 de mayo en Nueva York.
Cohen, que quiso mantener en el anonimato su adquisición, creó el fondo de inversión SAC Capital, al que la justicia obligó a pagar 1184 millones de dólares el año pasado de multa por el uso de información privilegiada. Si bien esa demanda no lo acusó personalmente, le supuso un duro golpe: para pagar la sanción, el famoso inversor de Wall Street tuvo que subastar algunas de sus obras, como el retrato de Elizabeth Taylor de Warhol -en unos 20 millones de dólares- y A. B. Courbet, de Gerhard Richter, en unos 26 millones de dólares.
Así, la escultura de Giacometti se suma a la colección de Cohen, estimada en 11.400 millones de dólares, que incluye famosos cuadros como una Madonna de Edvard Munch; el conocido tiburón de Damien Hirst, titulado The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living, y el cuadro El sueño (Le Rêve), de Picasso, por el que pagó en una compra privada 155 millones de dólares, el precio más alto para un coleccionista de Estados Unidos.
El hombre que señala fue puesta en remate luego de haber pertenecido durante 45 años a una colección privada. Forma parte de una serie de seis obras, de las cuales es la única pintada a mano por el artista. "Esta escultura es la pregunta del existencialismo. Un hombre solo, señalando, sin saber qué señala", explicó a la prensa, antes de la subasta, la especialista en arte contemporáneo de Christie's, Ana María Celis.


Fuente: lanacion.com

CONVENTOS EN RIESGO:
ENTRE EL NEGOCIO INMOBILIARIO Y LA FE

Están en lugares codiciados por desarrolladores y constructoras
El convento Las Victorias tiene el interior en muy mal estado, y la congregación impulsa la construcción de cuatro pisos nuevos para financiar reformas, pero la Justicia paró la obra  Foto: Patricio Pidal / AFV
El convento Las Victorias tiene el interior en muy mal estado, y la congregación impulsa la construcción de cuatro pisos nuevos para financiar reformas, pero la Justicia paró la obra  Foto: Patricio Pidal / AFV
Por Virginia Mejía / Para La Nación

"Nos vimos cercadas por estos impíos que entraron en tropel. Los recibimos en un profundo silencio. Unos nos apuntaron con los fusiles, otros nos empujaban con las bayonetas sin que ninguna hablara. Afortunadamente un sargento ordenó que se retiraran", escribe en 1807 la madre superiora de Santa Catalina de Siena luego del asedio de los ingleses.
Ese monasterio, como tantos otros de la ciudad, ya no está amenazado por soldados sino por proyectos de construcciones en sus predios. Así lo aseguran vecinos y ONG, para quienes el patrimonio histórico de la Iglesia en Buenos Aires está en peligro. En algunos casos lograron amparos que frenaron las obras, pero en otros, los proyectos avanzan.
A veces, son las mismas congregaciones en problemas económicos las que promueven la venta de edificios y terrenos para aliviar sus finanzas, en momentos en que el precio del metro cuadrado llegó a 4700 dólares en algunas zonas de la Capital.
En medio de la polémica, las constructoras que impulsan los proyectos prometen no demoler "las cosas que son de Dios".
En Las Victorias, un edificio neogótico de 130 años que ocupa 2600 metros cubiertos frente a la plaza Libertad, la Justicia libró en 2012 una precautelar que paralizó la refacción que se había comenzado en los descascarados dormitorios de los sacerdotes redentoristas. El proyecto, que cuenta con el aval de los curas, contempla hacer cuatro pisos nuevos sobre los tres que ya tiene el edificio.
"Estaba desmantelando la biblioteca y la iglesia interna, por eso interpusimos un amparo", advierte María del Carmen Arias Usandivaras, de Basta de Demoler. Ella y los vecinos buscan que no se modifique la parcela de este edificio de la belle époque donado por Magdalena Dorrego de Ortiz Basualdo, donde se casó Jorge Luis Borges.
Por su parte, el padre Marcelo Pomar, impulsor del proyecto, asegura que la paralización de las obras no benefició a nadie. "El inmueble ahora está vacío y con escombros, los cuatro sacerdotes que allí vivían tuvieron que abandonarlo, y el edificio no se puede utilizar para las obras de caridad", dice.
La construcción iba a ser costeada con la venta de terrenos propios en Córdoba y con la ayuda de donaciones. La intención era alquilar dos pisos para poder solventar obras de beneficencia. La fe no siempre llega al bolsillo y hay una merma en la recaudación dominical.
En el monasterio Santa Catalina de Siena, del microcentro, ?se iba a construir un edificio de 18 pisos, pero ahora se financia con un bar en el patio colonial  Foto: Patricio Pidal / AFV
En el monasterio Santa Catalina de Siena, del microcentro, ?se iba a construir un edificio de 18 pisos, pero ahora se financia con un bar en el patio colonial  Foto: Patricio Pidal / AFV

Justificación

Para el ingeniero Luis Perri, socio de Obras y Sistemas SRL, a cargo de la obra, se vieron obligados a comenzar las refacciones, ya que "era una estructura insegura para los propios padres, con cables en mal estado, sin salidas de incendio, techos con goteras, baños rotos, etc. Claramente hay animadversión por parte de la ONG que frenó todo".
A su vez, en Palermo hay controversia por un terreno de 4000 metros al lado del colegio Don Bosco que vendieron los salesianos. Allí se levantó la cautelar que impedía construir una torre con amenities y shopping. Según los vecinos, el complejo perjudicaría la tranquilidad y el medio ambiente de Palermo.
"No puede ser que de pronto se junte un grupo, te levante una cautelar y frene una obra. Por suerte, la Justicia se expidió ahora a favor nuestro, así que empezamos a trabajar en cualquier momento", advierte Carlos Spina, gerente comercial de Argencons, a cargo de lo que será Quartier Dorrego.
También en Palermo se impidió la demolición de la fachada contigua a la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, un emblema barrial con dos torres frente a la plaza Güemes. El frente integra el complejo de la Congregación del Verbo Divino Provincia Argentina Sur donde planeaban otra torre con amenities y jardín de infantes privado.
Sobre las barrancas de Belgrano, un espacio en altura como los que preferían los monjes, está la vieja Abadía San Benito. Allí vivieron 50 benedictinos que luego se marcharon para alejarse del ruido. En 2006 intentaron levantar un centro médico, pero en la actualidad es patrimonio de la Ciudad y fue utilizado el año pasado para Casa FOA en el marco de un programa de puesta en valor de las iglesias y conventos.
En pleno microcentro, el monasterio Santa Catalina de Siena está catalogado por la World Monuments Fund como "en peligro" junto a otros de Siria y Venecia.
Allí, donde vivieron las primeras monjas de clausura, se evitó una torre de 18 pisos que socavaría la estructura de adobe. Esta joya arquitectónica ofrece visitas guiadas y cuenta con un "barcito" en el patio colonial. Un pequeño cartel sobre San Martín invita al Centro de Atención Espiritual: "En medio del ruido, alguien te escucha".


Fuente: lanacion.com

TRAS 700 DÍAS TIRADA ATRÁS DE LA ROSADA,
COMIENZAN A LLEVARSE LA ESTATUA DE COLÓN

La escultura de Juana Azurduy está lista para ser emplazada.

Hay operarios catalogando las piezas, que son subidas a un camión. Testigos indican que de noche son trasladadas aunque no se conoce el destino. El monumento se mudará a una plazoleta en Costanera Norte.
Grúa: técnicos mueven, ayer, piezas del monumento y las colocan en un camión. Hubo una protesta de los italianos y una ONG. (Emmanuel Fernández)
Grúa: técnicos mueven, ayer, piezas del monumento y las colocan en un camión. Hubo una protesta de los italianos y una ONG. (Emmanuel Fernández)


Nora Sánchez
Más de 700 días después de que lo desarmaron y depositaron sus piezas detrás de la Casa Rosada, empezaron a llevarse los bloques del monumento a Colón. Pero nadie sabe a dónde los trasladan. Así lo denunciaron diversas entidades de la comunidad italiana y la asociación Basta de Demoler, que ayer se manifestaron en la Plaza Colón.
Hace días que se ve movimiento en la Plaza Colón. Algunos operarios catalogaron las piezas de mármol de Carrara del monumento y, con una grúa, subieron algunas en camiones. “Han visto salir esas piezas en los camiones durante la noche. No nos consta a dónde van ni quién las va a cuidar”, dijo la presidenta de Basta de Demoler, María Carmen Arias Usandivaras.
“Seguimos bregando por lo mismo: Colón en su lugar. Y estamos aquí para hacer un acto de desagravio a la memoria y el espíritu de quienes donaron esta obra extraordinaria”, sostuvo Rubén Granara Insúa, de la Fundación Museo Histórico de La Boca, en un pequeño acto frente a la Plaza Colón.
El Gobierno nacional había acordado con el porteño que se encargaría del traslado y el montaje del monumento a Colón en un espigón frente al Aeroparque. Los trabajos costarían $ 25 millones. En el cantero Hidroavión Buenos Aires, como se llama el predio donde lo emplazarán, sólo se ven un cerco y un cartel de obra. Aún no avanzaron los trabajos para apuntalar el suelo, imprescindibles para colocar el conjunto escultórico, de 620 toneladas, sin que ceda o se hunda.
Ayer, fuentes del Ejecutivo nacional afirmaron que están actuando conforme a la ley aprobada por la Legislatura porteña, que avaló el traslado a Costanera Norte. Y dijeron questán en contacto permanente con la Dirección de Espacios Verdes de la Ciudad.
Desde el Gobierno porteño dicen que no tienen información de que hayan movido partes del monumento. “Sí nos informaron que iban a empezar con los trabajos y sabemos que ya comenzó la obra en Costanera –contó Claudio Avruj, subsecretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Ciudad–. Todas las piezas del monumento están restauradas. El traslado, el apuntalamiento del terreno y el montaje del grupo escultórico van a llevar un año”.
El monumento a Colón fue tallado por Arnaldo Zocchi y donado por la comunidad italiana a la Argentina. Fue inaugurado en 1921 y desde entonces estuvo en la plaza detrás de la Casa de Gobierno. Hasta hace dos años, cuando en forma inconsulta y a pesar de que tanto la plaza como la escultura pertenecen a la Ciudad, el Gobierno nacional decidió desmontarla para instalar un monumento a Juana Azurduy. El Ejecutivo porteño protestó, aunque finalmente negoció y así se llegó al acuerdo para llevar a Colón a la Costanera Norte.
La comunidad italiana rechaza su traslado. “Cada una de las piezas en que fue desmembrado el monumento constituye una obra de arte y, todas ellas, son el testimonio de una arbitraria decisión del Estado Nacional, que bien puede ser calificada de un acto de salvajismo cultural”, expresó Horacio Savoia, el abogado del Círculo Italiano.
Las entidades que presentaron un amparo contra el traslado sostienen que sacar de la plaza los 124 bloques del monumento y la estatua es ilegal. Porque, según explican, se encuentra pendiente de resolución el recurso extraordinario por inconstitucionalidad que presentaron ante la Sala V de la Cámara en lo Contencioso Administrativo, para que el caso sea elevado a la Corte Suprema.
“La acción de amparo todavía no tiene una sentencia firme y, por el contrario, estarían vigentes las cautelares que ordenaron los sucesivos jueces de primera instancia –afirmó Savoia–. Esas medidas prohibieron el traslado del monumento a otro sitio que no sea la plaza Colón. En cambio, nada impide que se instale el monumento a Azurduy compartiendo ese espacio con el de Colón. En todo caso constituiría una expresión de diversidad cultural y de común pertenencia histórica”.
El pedestal que antes sostenía a Colón fue recubierto con lajas y está listo para recibir a Juana Azurduy. El artista Andrés Zerneri ya terminó el monumento a la heroína boliviana que luchó por la Independencia sudamericana. La obra, donada por Bolivia, costó US$ 1 millón. La intención del Gobierno nacional sería inaugurarla el 12 de julio, día en que se conmemora el nacimiento de Azurduy y la hermandad argentino-boliviana.




Fuente: clarin.com


CUANDO LOS LIBROS DE ARTE SON UNA OBRA EN SÍ MISMOS



Por Daniel Gigena / La Nación  
Vehículo de estatus social o documento imprescindible para la comprensión de diferentes momentos culturales -probablemente ambas cosas según el tipo de consumidor-, el libro de arte condensa significados en pugna: lujo y diversidad, belleza y conocimiento, sensualidad y lucro. El trabajo colectivo de artistas, editores, críticos y un público educado en su relación con las artes visuales trasciende de manera creativa las dificultades económicas y los prejuicios sobre un objeto cultural autónomo.
Ernesto Meccia, sociólogo y profesor en la UBA y en la UNL, brinda un aporte desde las ciencias sociales para entender las características de ese nicho de mercado: "La problemática sociológica de los consumos culturales es bien compleja. Más aún si se trata de libros de arte. La masificación del uso de las nuevas tecnologías y la accesibilidad de imágenes que posibilita obligan a dar todas las cartas de nuevo. A través de la Web, podemos aprovisionarnos de la obra de cualquier artista. Internet quitó a los libros su carácter de extraordinario". Para Meccia, esos libros siguen siendo "compendiosos", atributo central para parte de sus consumidores.
"Desde que abrí mi galería, primero en Buenos Aires y después en Madrid, tuve muy claro que era imprescindible acompañar las exposiciones con un catálogo." Quien habla es Jorge Mara, dueño de la galería porteña Jorge Mara-La Ruche. "Las exposiciones pasan, son hechos fugaces, pero el libro permanece y es simultáneamente un registro de que algo excepcional ha ocurrido y también una celebración del artista, su obra y nuestro proyecto común." Su voz no es una más; desde hace varios años, en colaboración con la diseñadora Manuela López Anaya, ha editado catálogos refinados de varios artistas locales y extranjeros, entre ellos, Ana Sacerdote, Eduardo Stupía, Macaparana, Grete Stern y Sarah Grilo, con textos de críticos como Ricardo Piglia, José Emilio Burucúa, Pablo Gianera y Luis Príamo. "Siempre tuve pasión por los libros y soy un comprador compulsivo. Por lo tanto, me da un placer enorme publicar catálogos que me permitan poner en práctica mis gustos estéticos y muchas veces literarios, ya que mi galería ha editado las reproducciones de las obras con textos de Ungaretti, Pound, Juan L. Ortiz, Rilke o Michaux", agrega Mara. El registro de esa pasión estética parece guiar varios de los libros de arte por parte de galerías o museos privados e instituciones públicas.
Pero ¿hay un auge de esas publicaciones? Valeria Balut, editora de ARTA Ediciones, sello independiente dedicado a la publicación y distribución de libros de arte contemporáneo, cree que sí. "Durante los últimos años, se comenzaron a editar más libros de arte en el país. Los motivos son varios: un interés del público hacia el arte contemporáneo; un aumento del interés por esos artefactos culturales y un interés de los artistas por contar microhistorias sobre sus experiencias creativas." ARTA ya ha publicado libros cuidados sobre las obras de Flavia Da Rin, Martín Legón y Hernán Marina. En cambio, Sigismond de Vajay, curador, artista y editor de KBB, advierte un vacío en materia de edición nacional de libros de arte. "No hay público aún. El editor tiene que editar y al mismo tiempo educar a un nuevo público; «la esponja» que pueda absorber estos productos culturales es muy limitada. Hay mucho trabajo por hacer. Además desde que empezó una crisis, notamos una baja del 60% en el consumo de este tipo de «lujos»." No obstante, su sello ya lleva publicados siete libros monográficos de Adrián Villar Rojas, Juan Becú y Víctor Florido, mientras que han previsto otros ocho títulos hasta 2016. "Los libros de arte permiten el acceso a la cultura a cualquier persona de poder adquisitivo medio. Sería ideal que universidades y bibliotecas los compren, ya que es materia prima para el conocimiento amplio", agrega. KBB participará de arteBA en Isla de Ediciones, el espacio que la feria dedica a las publicaciones.


El lujo del papel

Consultada por esta forma de consumo cultural, a veces considerada elitista y de escasa relevancia en términos comerciales, María José Herrera, directora del Museo de Arte Tigre, comenta: "Veo dos fenómenos. Por un lado, el de los catálogos-libros derivados de exposiciones de artistas o movimientos artísticos. Y por otro, el crecimiento exponencial de historias del arte, derivadas de tesis de doctorado. Esto es esencial para hablar de una historia del arte argentino. Hasta la década de 1990, había muy pocos libros de arte. Es a fines de los años 90 cuando comienza a editarse más, también estimulado por los avances tecnológicos en la impresión y la profesionalización editorial". En su joven historia, el MAT (fundado en 2006) publicó dos libros notables: el catálogo de su colección y uno de homenaje al centenario del edificio. El tercero, que se lanzará en junio, será Escenas de 1900, resultado de la exposición homónima y con ensayos diversos para abordar el tema del comienzo del siglo, el Centenario y esa época en Tigre. Museos públicos y privados, como el Malba y el Mamba, acompañaron muestras exitosas (Mario Testino o Sebastián Gordín) con libros de colección.
Editoriales como Adriana Hidalgo -que sacó volúmenes sobre Marcelo Pombo y Diana Aisenberg, bilingües y con textos críticos- y otras extranjeras, como Blume o Taschen, apuestan por la distribución de materiales tan bellos como costosos. María Eugenia Mariam, gerente de Taschen, sostiene que en la Argentina hay un gran interés por este tipo de libros. "Después de Estados Unidos, la Argentina es el país con mayor cantidad de visitantes en nuestra página web. El arte está pensado, en general, para un soporte físico, y nuestra calidad de impresión nos acerca mucho más a la obra verdadera. Ahora estamos haciendo libros con las acuarelas de William Blake para La Divina Comedia, impreso en papel para acuarela." Y agrega con entusiasmo: "Es un lujo, sí, pero es como se debe ver. No es lo mismo verlo online. Por eso creemos que en los libros de arte está el nicho del papel, y siempre lo estará".

un mercado con páginas para mirar

3%
Es la porción del mercado que representan los libros de arte
Editoriales especializadas
Blume, Taschen, Phaidon, AH, La Marca Editora; Mansalva
Espacios que editan
Asociación de amigos del MNBA, Mamba, Malba, Centro Cultural Recoleta y Fundación Proa, entre otros
Precios y tiradas
Cuestan entre $200 y $1500, y tiran de 100 a 1000 ejemplares
Isla de edición
El espacio dedicado a las ediciones de arte funcionará desde mañana y hasta el domingo en arteBA. La Fundación SM lanzará allí su Premio de Ilustración con un taller dictado por Isol.

Fuente: lanacion.com