INSÓLITAS PROPUESTAS PARA PROTEGER DOS MONUMENTOS

La intevención urbana de Amalia Pica: ¿De que color es el caballo?

Por Claudio Andrade
Especial Bariloche


Con el propósito de frenar las habituales agresiones que sufren los monumentos a José de San Martín y el general Julio Argentino Roca los gobiernos de las provincias de Neuquén y Río Negro decidieron tomar medidas poco ortodoxas pero definitivas para su protección en una época cargada de manifestaciones sociales por las subas de salarios.
Según lo decidió el intendente Horacio “Pechi” Quiroga el monumento al Libertador ubicado en el centro de Neuquén, será custodiado por una cortina de agua que impedirá las rutinarias pintadas con consignas políticas. También en la base se plantarán arbustos de 60 centímetros que harán muy difícil rayar la parte inferior donde se precipitará el agua.
Hay otro motivo detrás: cada año el municipio local gasta alrededor de 50 mil pesos sólo en quitar los graffittis que recibe el monumento. La futura cortina de agua será una obra imponente que costará alrededor de 2 millones de pesos y estará a cargo de la empresa HG Construcciones.
Con motivos puramente estéticos pero en el mismo escenario, hace unos días la joven artista neuquina Amalia Pica, quien obtuvo el permiso del intendente y el auspicio de la sede local del Museo de Bellas Artes, pintó de blanco el caballo de San Martín provocando, en general, más apoyo y risas entre la población que rechazo.
“La obra no tiene tanto que ver con la figura de San Martín como con el monumento a San Martín en sí. Y con la idea que nos hacemos desde chicos debido a la educación que recibimos. La tiza no daña al monumento pero lo resignifica. El cambio de color funciona simbólicamente. Por un lado está el monumento, por el otro el blanco efímero que se irá diluyendo con el clima, el viento, la lluvia y que nos muestra que muchas cosas de la historia son espejismos, buzones que nos vendieron porque al final nuestros héroes eran hombres”, le comentó a Clarín la artista reconocida en Europa. Por estas horas el caballo blanco ya volvió a ser gris metálico.
En Bariloche, el monumento al general Roca es objeto recurrente de las más increíbles agresiones de parte de grupos indigenistas que sienten como un agravio la estatua, levantada en 1940, a quién ellos consideran un genocida.
Este año, poco antes de las fiestas, el municipio local, dirigido por la intendenta K María Eugenia Martini, cubrió por completo la figura del general con un gigantesco árbol de navidad para evitarse mayores dolores de cabeza.
La intendencia está tratando de aliviar el Centro Cívico de su carga social. Es por eso que los artesanos locales fueron mudados a una peatonal y el monumento a Roca se encuentra tapado con un cono blanco que lo deja a salvo de las pintadas y burlas de siempre.
En octubre de 2012 los integrantes de la agrupación 1 de Mayo estuvieron a punto de tirarlo utilizando cuerdas y sierras. Pero los ataques son tan extensos como su historia.
El caballo ha sido vestido con un sombrero, pintado de rojo, y a Roca, se lo ha visto cargando banderas, máscaras y bolsas de basura. La nueva “obra” terminó por anular uno de los temas de conflicto cotidiano dentro de la ciudad. En plena temporada alta miles de turistas se pasean alrededor del curioso arbolito navideño sin saber que en su interior permanece oculto el general Roca montado en su caballo.

Fuente: clarín.com

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