GARDEL, EL GANCHO TAQUILLERO
DE LOS ESTUDIOS PARAMOUNT


Hace 80 años filmaba Melodía de arrabal, su 4 ª película en Francia.
Por Eduardo Parise

La palabra “arrabal” deriva del árabe “al rabad”. Define al lugar o barrio que está fuera del recinto al que pertenece. Es decir: la zona de extramuros en las viejas ciudades fortificadas. Y aunque Buenos Aires nunca tuvo murallas, sí tuvo un arrabal y una música que inmigrantes extranjeros y criollos fundieron en esas zonas alejadas del Centro (como lo eran Barracas, La Boca o el Abasto, a fines del siglo XIX) para moldear ese sonido que hoy identifica a lo argentino y es universal: se llama tango y, por su origen, se la puede considerar una clásica melodía de arrabal.
Hace 80 años, en Joinville-le Pont (una comuna francesa cercana a París), esa melodía del arrabal porteño hizo historia para el cine y para la música. Allí, en un complejo de seis edificios conocidos como “Les Studios Paramount”, Carlos Gardel (el “inventor” del tango-canción) puso presencia y voz para darle forma a “Melodía de arrabal”, la cuarta y última película que “el famosísimo cantador de tangos” (como lo definían aquellos empresarios) haría en Francia. Ya había realizado “Luces de Buenos Aires”, “Espérame” y “La casa es seria”. Y la Paramount sabía que en Gardel tenía el “gancho” taquillero necesario para ganar el mercado latino.
La película, dirigida por el francés Louis Garnier, se filmó entre octubre y noviembre de 1932. El elenco encabezado por Gardel tenía una figura femenina, clave en el libreto. Se llamaba Magdalena Nile del Río, había nacido en 1906 en San Telmo y era una estrella de la Paramount con el nombre artístico de Imperio Argentina. También participaron, entre otros, Vicente Padula, Jaime Devesa, Helena D’Algy y Felipe Sassone. Como prueba de la fuerza que en ese tiempo tenía la figura de Gardel, la obra se filmó en castellano.

Afiche. La película se estrenó en Buenos Aires en 1933 y fue un éxito en el mundo de habla hispana.
Pero en “Melodía de arrabal” había alguien más que brillaba en el firmamento gardeliano y que lo iba a acompañar hasta aquel trágico 24 de junio de 1935, en Medellín. Era Alfredo Le Pera, un hombre nacido en junio de 1900 en San Pablo, Brasil, pero que apenas unos meses después ya vivía en Buenos Aires con sus padres. Y aunque alguna vez se habían encontrado con Gardel en los cafés porteños, dicen que la Paramount le había pedido que se acercara al cantor para apuntalarlo en su creciente carrera artística. Le Pera hizo el guión de la película, algo que también había hecho en “Espérame” y “La casa es seria” y que iba a seguir en “Cuesta abajo”, “El tango en Broadway”, “El día que me quieras” y “Tango bar”. Por fortuna, el talento creativo surgido de la sociedad de esos dos genios está presente en el patrimonio musical y cultural del mundo.
Los escenarios montados para “Melodía de arrabal” y algunos agregados en el guión no tenían la impronta de Buenos Aires que pretendía Le Pera. Y hasta generaron tensas discusiones. Pero las obras cantadas por Gardel ayudaron para el éxito. Allí estaba no sólo la que le dio título a la película sino también joyas como “Silencio”, “Cuando tú no estás” y la tonada “Mañanita de sol”, a dúo con Imperio Argentina.
El 30 diciembre de 1932, en el barco Giulio Césare, Gardel llegó a Buenos Aires y elogió la obra, a la que calificó de muy importante intriga policial. “Melodía de arrabal” se estrenó el 5 de abril de 1933 en el cine Porteño, que estaba en Corrientes 846. Y cuando el cantor entró al hall del cine, la gente lo ovacionó de pie. Los detractores del tango no tuvieron piedad con la película y la calificaron como “ramplona”. A pesar de eso, en poco tiempo fue un éxito en el mundo de habla hispana. Pero esa es otra historia.

Fuente: clarín.com

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