UNA NUEVA CARA PARA EL
MUSEO DE ARTE MODERNO DE SAN FRANCISCO




El prestigioso museo de la costa oeste norteamericana comenzará su ampliación en el verano boreal de 2013. El presupuesto total estimado para el proyecto, a cargo del estudio noruego Snøhetta, es de US$555 millones y tendrá como fin duplicar el área de galerías.

Una nueva cara para el Museo de Arte Moderno de San Francisco
Vista actual del museo
Por Celeste Rivas

La mayoría de los grandes museos de arte moderno en el mundo buscan extender el concepto de modernidad también a su estructura externa, que se convierte en un símbolo de las piezas que residen en su interior y conforma una suerte de extensión de las obras que alberga. Los edificios, en suma, narran una historia en sí mismos, como lo demuestran el Pompidou en París, el Tate Modern en Londres o el neoyorquino MoMA. El Museo de Arte Moderno de San Francisco no es una excepción, como lo atestigua su historia arquitectónica.
Fundado el 18 de febrero de 1935 por Grace McCann Morley, una destacada museóloga norteamericana, gracias a la donación de una colección privada, el Museo de Arte Moderno de San Francisco o SFMOMA fue el primer museo de arte de la costa oeste. Su nombre original fue Museo de Arte de San Francisco, pero agrega el término “moderno” en 1975 debido a su constante búsqueda de mantenerse a la vanguardia del arte.
Desde sus inicios puso el foco sobre la relación entre las nuevas tecnologías y el arte, de forma tal de privilegiar no sólo pinturas de artistas modernos, sino también medios artísticos alternativos, como el diseño y la arquitectura, la fotografía, cine, televisión y, más recientemente, arte digital de la era de internet.
Hoy en día cuenta con una colección permanente de alrededor de 27.000 obras de artistas que van desde Matisse y Picasso hasta Richard Serra, pasando por Jackson Pollock, Clyford Still y Mark Rothko. Su muestra permanente dedica un sector especial a los muralistas latinoamericanos, en donde expone obras de José Clemente Orozco, Rufino Tamayo, Diego Rivera, Frida Kahlo, como Frida y Diego Rivera (1931) y El porteador de flores (1935), entre otras.
Su ubicación original fue el cuarto piso del War Memorial Veterans Building sobre la avenida Van Ness, una arteria central en la ciudad de San Francisco. Si bien esta locación no fue particularmente llamativa en lo que a su arquitectura respecta, sí lo fue en el contexto de la historia mundial, dado que fue la sede de la redacción y firma de la Carta de las Naciones Unidas al término de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Como consecuencia, el museo se mudó temporalmente para ceder sus galerías al proyecto.
Debido a su creciente colección estable, fue necesario proyectar un cambio de locación, y en 1988 se presentó el proyecto para el nuevo edificio, a cargo del prestigioso arquitecto suizo Mario Botta, cuyos trabajos incluyen el museo de arte Samsung en Seúl y la torre Kyobo, también en la capital surcoreana.
En 1995, tras 7 años de trabajo y para su 60° aniversario, el museo abre sus puertas en su nueva locación, al sur de la calle Market, en el distrito de SoMA (South of Market), una zona a tan sólo pasos del distrito financiero cuya fertilidad cultural es notoria, ya que alberga varios museos, incluyendo el Yerba Buena Center for the Arts y el Jewish Contemporary Museum, entre muchos otros.
El edificio actual es una construcción ecléctica que combina distintos materiales (ladrillo, piedra, acero), formas (en medio de las líneas predominantemente rectas surge una torre cilíndrica) y colores (blanco, negro, gris y ladrillo).
En el interior, se privilegiaron los espacios amplios y luminosos. Una masiva escalera principal de granito, iluminada por la luz natural que se cuela a través de la claraboya en la cima de la torre central, comunica las galerías de los 5 pisos del museo.
En 2009, el SFMOMA transformó su azotea en un jardín en altura. Si bien este pequeño espacio en el quinto piso es también dominio del arte, ya que en él se exponen esculturas de la muestra permanente del museo, la verdadera estrella de esta adición es el espacio en sí mismo: enmarcado por los altísimos edificios del distrito financiero de San Francisco, el jardín permite echar una mirada intimista sobre el bullicioso centro de negocios desde la distancia de una silenciosa terraza habitada por obras de arte. El pasillo vidriado que conecta el jardín con las galerías del último piso mantiene el mismo espíritu, ya que, del mismo modo, regala al observador la vista de algunos de los edificios más famosos que recortan el horizonte de la ciudad de San Francisco.

La remodelación: 2011 y un nuevo proyecto

Del mismo modo en que hace más de 2 décadas la creciente colección del museo hizo necesaria una mudanza, a mediados de 2011 se presentó un proyecto para la remodelación y ampliación del museo con el fin de hacer frente tanto a la duplicación de su colección permanente como a la triplicación de la cantidad de visitantes por año.
Además, la remodelación responde a la necesidad de crear un nuevo espacio para la colección Doris y Donald Fisher, cofundadores de la conocida marca de ropa Gap, que comprende piezas de corrientes como minimalismo, conceptualismo, pop art y arte figurativo, con artistas de la talla de Roy Lichtenstein y Andy Warhol.
El estudio de arquitectos noruego Snøhetta es el encargado de llevar a cabo la obra y fue elegido entre varias decenas de estudios de distintas partes del mundo. Su proyecto comprende la ampliación del edificio mediante la construcción de una nueva ala junto al edificio original, hacia las calles laterales de donde hoy se encuentra el museo (Howard, Natoma y Minna), que incluirá espacio para nuevas galerías, áreas educativas y de reunión. El proyecto apunta a favorecer la accesibilidad: una de las ideas fundamentales de Snøhetta es articular el espacio del SFMOMA de forma tal de mejorar la circulación de peatones hacia dentro y hacia fuera del museo y crear así nuevas vasos comunicantes respecto del entorno del museo, es decir, en cierta forma mejorar los lazos y la conexión entre el museo y el resto de la ciudad y sus habitantes.




El extenso uso de vidrio en el nuevo diseño se apoya, precisamente, en esa idea. Además, se crearán nuevas entradas sobre las calles adyacentes Minna y Howard. La nueva ala del museo, de unos 60 metros de altura, se elevará por encima del edificio de Botta en unos 10 metros y tendrá también un nuevo jardín terraza para acompañar al ya existente.
El diseño interior, cuyos detalles fueron revelados a fines de noviembre, se propone continuar con el actual y, a pesar de las nuevas galerías y adiciones, complementará el original diseñado por Botta en 1988. Sin embargo, la escalera principal será removida del espacio central de entrada al museo con el fin de crear un espacio más abierto y fluido entre las distintas entradas y galerías.
El resultado de la remodelación duplicará el espacio del SFMOMA, que alcanzará alrededor de 12.100 m2 en espacios destinados a galerías. El costo total estimado es de US$555 millones, de los cuales ya se recaudaron US$ 437 millones. Su fecha de inicio está prevista para el verano boreal de 2013 y su fecha de fin se estima para inicios de 2016.
La ampliación también prevé la mudanza de la estación de bomberos n°1, ubicada sobre la calle Howard, una de las vías sobre las cuales se extenderá la nueva ala. Sin embargo, el museo se hará cargo de los gastos, unos US$10 millones, y dará una nueva estación a la ciudad, más moderna y actualizada, sobre la vecina calle Folsom. Aunque el traslado de la central suscitó dudas iniciales de los vecinos, estas fueron apañadas luego de que el departamento de bomberos afirmara que la nueva locación mejoraría sus tiempos de respuesta.
No obstante, surgieron algunas voces en contra de los planes del SFMOMA. El hotel W, ubicado en la misma cuadra del museo sobre 3rd Street, presentó una apelación al proyecto, debido a que, sostiene, la nueva obra complicará el tránsito en una zona ya congestionada, ya que se encuentra a unas 3 cuadras del agitado distrito financiero de San Francisco, al bloquear las entradas de carga y descarga que actualmente utiliza, lo que lo forzaría a usar las ya cargadas vías adyacentes.
Además, el hotel añadió que la ampliación del museo bloqueará la vista de los huéspedes del hotel. La apelación será tratada el próximo 10 de enero, aunque, según reporta el San Francisco Chronicle, Snøhetta se apuró a responder a las quejas del W en una conferencia sobre el proyecto: “Mirarán (los huéspedes) hacia afuera y verán un museo increíble. Cuando vives en una ciudad, estas cosas pasan. Y eso es lo que hace que una ciudad sea grandiosa”.

Fuente: infobae.com

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