APARECE UNA VALIOSA CARTA DE BEETHOVEN




Una valiosa carta del celebre compositor cuyo paradero se desconocía hasta ahora, será presentada públicamente el próximo día 18 por el Instituto Brahms, al que le fue legada recientemente por su propietaria, anunció hoy la institución en la ciudad de Lübeck.

La epístola tiene, según el director de la institución, Wolfgang Sandberger, un valor estimado entre 100 y 150 mil euros y forma parte de la amplia colección que la pedagoga musical Renate Wirth (1920-2011), bisnieta del destinatario de la carta, ha dejado en herencia a la asociación del Instituto Brahms.
En el escrito, fechado en julio de 1823, Beethoven (1770-1827) pide ayuda al compositor y arpista Franz Anton Stockhausen para encontrar un comprador para la partitura de su recién acabada Missa solemnis, considerada por el propio músico una de sus obras más significativas.
La carta, con una extensión de tres páginas -amarillentas y quebradizas por el paso del tiempo-, es la pieza más valiosa de la colección que la familia Stockhausen logró salvar de las dos guerras mundiales y que ocupa más de 20 cajas de archivo.

Fuente: La Vanguardia 

SIN SALUD NI DINERO

Luebeck, Alemania. 

El talento no es suficiente. Ni siquiera para Ludwig van Beethoven, que en 1823 buscaba dentista y se quejaba por la falta de dinero. También, pugnaba por vender su entonces flamante composición Missa solemnis.
El dato emerge de una carta que el genial músico alemán envió, cuando tenía 53 años, a su amigo, músico Franz Anton Stockhausen. La misiva, manuscrita y de seis páginas, apareció en el Instituto Brahms en Luebeck, en el norte de Alemania. En ella el compositor le pide a su amigo que lo ayude a encontrar compradores para la obra. Pero lo que resalta son los detalles sobre su situación personal, sus preocupaciones financieras, un desorden de la vista y un intento por rastrear a un dentista aficionado a la música que le había escrito. También se lamenta porque la educación de su sobrino era cara y porque el chico necesitaría ayuda después de su muerte. “Beethoven no era un compositor con una letra linda. Era espontáneo y escribía cosas, las tachaba, sus pensamientos cambiaban a medida que escribía”, explicó Stefan Weymar, investigador del instituto. La letra del músico está inclinada hacia la derecha y está repleta de correcciones y algunas tachaduras.
Ahora, la misiva terminó en manos de la pedagoga musical Renate Wirth, descendiente del destinatario de la carta. Wirth pretende venderla por cerca de 127 mil dólares. El Instituto Brahms la exhibirá desde la próxima semana con esa finalidad.

Fuente: Revista Ñ Clarín

No hay comentarios:

Publicar un comentario