MUSEO DEL CINE:
TRAS 40 AÑOS Y SEIS MUDANZAS,
TENDRÁ SU SEDE DEFINITIVA


El mes que viene abre al público. Hoy la colección está en un depósito de Barracas.

La vieja usina. El Museo Pablo Ducrós Hicken está siendo montado en el edifico donde estaban los departamentos de los empleados jerárquicos de la Italo, en Caffarena 49.

Por Nora Sánchez

Tiene 40 años de historia, pero nunca tuvo una sede propia. Desde 1971, el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken pasó por seis lugares diferentes, incluyendo al Centro Cultural San Martín y hasta una ex escuela de Balvanera. Actualmente, su colección se encuentra depositada en un galpón de Barracas . Y si bien está abierta a la consulta de investigadores, el público no puede visitarla. Aunque no por mucho tiempo más. El Ministerio de Cultura porteño anunció que, el 22 de junio, el museo que conserva uno de los archivos fílmicos más importantes de Latinoamérica re abrirá en su sede definitiva , en el barrio de La Boca.
El museo funcionará en Caffarena 49, en un edificio anexo a la antigua usina de la Compañía Italo Argentina, que ahora está siendo transformada en la Usina de la Música (será inaugurada parcialmente este año). Este edificio continúa el estilo romántico lombardo de la usina, construida en 1916 de acuerdo al diseño del arquitecto italiano Juan Chiogna. Antiguamente, era el lugar donde estaban los departamentos para los empleados jerárquicos de la Italo. El reciclaje de este anexo, que comenzó durante la gestión de Jorge Telerman, costó $ 4 millones y ahora el Ejecutivo invertirá otro millón para la instalación del museo.
“El Museo del Cine se convertirá en un eje del corredor cultural del sur, que integra al Museo de Arte Moderno, la Fundación Proa y al Centro Cultural de España en Buenos Aires, en el ex-Padelai –anticipa el ministro de Cultura, Hernán Lombardi–. Decidimos instalarlo en el anexo de la usina porque para articular este corredor se necesita una gran diversidad de contenidos. Y sobre todo, que sean contenidos convocantes por sí mismos”.
En algunas paredes del edificio, todavía están los espejos de las salas donde ensayaban los alumnos de baile de la Fundación Julio Bocca, que funcionó hasta hace poco en el lugar. Ahora, en la planta baja estarán las salas de exposición permanente y temporaria, un microcine para 50 personas y un centro de documentación, con biblioteca, videoteca y hemeroteca.
Mientras, en la segunda planta se distribuirán los talleres de conservación y el taller de montaje de exposiciones. También habrá un departamento de museología, curaduría e investigaciones, un centro de catalogación, una isla de edición, un laboratorio de preservación digital y un área de producción audiovisual.
Arriba estarán los depósitos para el patrimonio no fílmico del museo, que incluye más de 400 aparatos de registro y reproducción de imágenes. Hay equipos Lumière, Pathé y Gaumont , pero también cámaras fotográficas caseras, proyectores de cine y moviolas y visionadoras profesionales. El museo también cuenta con 3.000 afiches originales de películas argentinas , 360 bocetos de escenografía y vestuario y 400 piezas de vestuario utilizadas en filmes nacionales. A esto se le suman 60.000 fotografías de películas y personalidades del cine, más de 200 premios ganados por el cine argentino , objetos personales de artistas y 100.000 documentos relacionados con la historia del cine, el teatro y la TV, como recortes periodísticos, contratos y cartas personales.
Sin embargo, las principales joyas de la colección son sus más de 65.000 rollos de película cinematográfica de 16 y 35 milímetros , que incluyen obras desde los años del cine mudo hasta la actualidad. La colección es tan importante que, en 2008, en este archivo se encontró la única copia completa del filme alemán Metrópolis, de Fritz Lang, que se consideraba perdida (ver Metrópolis...). Pero estas joyas no se guardarán dentro del museo, porque estas películas están en soportes de nitrato y acetato, dos materiales muy inflamables. Por eso, el plan es construir o acondicionar otro edificio con las medidas de seguridad necesarias.
El acervo del museo también cuenta con 12.000 latas del noticiero cinematográfico Sucesos Argentinos , que desde 1938 cubren un período de 40 años, y 12.110 latas del archivo fílmico de noticieros de Canal 9, del período 1969-1983.
“Es esencial que el Museo del Cine tenga un lugar acorde a su valiosa colección y a la importancia que la Ciudad le da al cine argentino”, afirmó Lombardi. Y prometió que la larga peregrinación del museo que nunca tuvo su lugar está por terminar.


Metrópolis, en un estante


En Alemania desconfiaron cuando, desde un remoto museo porteño, proclamaron haber encontrado la única copia completa de la película alemana Metrópolis, de Fritz Lang, del año 1927. Pero era verdad. Estaba en un estante del Museo Pablo Ducrós Hicken, debidamente clasificada. Lo que nadie sabía era que se trataba de la copia de 153 minutos. El ex director del BAFICI, Fernando Martín Peña, sospechaba que la copia podía estar aquí, por una anécdota que le confío Salvador Samaritano en 1986. El crítico de cine le había contado que cuando pasó la película en el Cine Club Núcleo, en 1959, él mismo había tenido que presionar con el dedo la ventanilla del proyector para que la copia se viera bien durante “más de dos horas”. Y sólo la versión original duraba 153 minutos.

El peregrinaje


Creado en 1971, comenzó a funcionar en el Centro Cultural San Martín.
En 1978, sus oficinas fueron ocupadas por el Ente Autónomo Mundial 78 y el museo fue trasladado al ex Instituto Di Tella, en Florida 936.
En 1979 volvieron a mudarlo y terminó en el asilo Viamonte, en Junín 1930, que años más tarde se transformaría en el Centro Cultural Recoleta.
En 1983, lo instalaron en el edificio que había ocupado la escuela Carlos Tejedor, en Sarmiento 2573, en Once.
En 1997, fue a dar a Defensa 1220, junto al MAMBA.
En 2005 fue a dar al segundo piso del Servicio Electoral del Correo Argentino, en Salmún Feijóo 555, en Barracas.

Fuente: clarin.com

1 comentario:

  1. No hay que dejar de hacer museos porque son los que cuentan la historia de la humanidad, y sin pasado no hay futuro, no se puede hacer nada ni comprender dónde estamos. Hace poco viajé a Argentina y tuve suerte de que el apartamento Buenos Aires que alquilé, estaba justo al lado del Museo de Historia Argentina!
    Lore

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