SOBRE LA CREATIVIDAD DE LA REDUNDANCIA



Una muestra de dibujos en base a fotografías que se exhibe en el SoHo en Nueva York plantea la tesis del dibujo no como una autoría sino como una traducción.
EL DIBUJO COMO TRADUCCIÓN. El de Andrea Bower, sobre la capacitación para protestas no violentas. (Museo Whitney de Arte de EE.UU.)

POR KAREN ROSENBERG - The New York Times

"Drawn From Photography", una muestra en el Drawing Center del barrio de SoHo en Nueva York, gira en torno de la vulnerabilidad de los movimientos, algunos estéticos, otros políticos. Es una delgada franja del dibujo actual, que abarca a unos 13 artistas apenas, pero que parece indicada para nuestro momento de trepidación global.
En términos formales, la muestra, que continúa hasta fines de marzo, podría verse como un colofón de la reciente muestra del Museo de Arte Moderno (MoMA) "On Line: Drawing Through the Twentieth Century".
Los dibujos del MoMA saltaban del plano al espacio tridimensional, pero las obras del siglo XXI en el Drawing Center no están tan liberadas. Se aferran a la página y se adhieren, con frecuencia rígidamente, a distintas fuentes fotográficas.
En la mayoría de los casos, esas fuentes documentan guerras, disturbios, protestas y otras escenas de agitación social: históricas y contemporáneas, fugaces y continuas, efectivas y no. Estos materiales fotográficos - en general a partir de fotos pero en algunos casos de afiches con mucho texto o páginas de diario - son meticulosamente recreados en pluma, lápiz y acuarela.
El trabajo es metódico y laborioso, y es probable que a algunos espectadores les parezca inconducente o redundante. Como escribe la curadora de la muestra, Claire Gilman, en el catálogo, "Esto es dibujo reducido a su aplicación más básica, una suerte de abordaje `cualquiera puede hacerlo’ que requiere mucho esfuerzo pero no necesariamente imaginación, lo cual plantea ¿para qué dedicarle tiempo"? Es una pregunta retórica, por supuesto, y a continuación responde: "¿O hay quizá cierto valor en el tiempo invertido, como si una atención esmerada a los logros de otros fuera en sí misma una forma de compromiso capaz de redefinir la naturaleza de la expresión creativa y el papel que ésta desempeña en el dibujo"? No es casual que su texto sea reproducido a partir de una versión manuscrita por el artista Serkan Ozkaya. Las palabras vacilantes pueden resultar difíciles de leer, pero esa dificultad refuerza con inteligencia la tesis de la muestra.
El dibujo, tal como se lo define aquí, no es una autoría. Es una traducción. Y no es una traducción mecánica, como, digamos en las fotos serigrafiadas de disturbios, de Warhol, sino de un tipo humano reconocible, como en las copias dibujadas a mano de imágenes similares realizadas por Frank Selby. Selby presta especial atención a los problemas técnicos de las imágenes con las cuales trabaja, las raspaduras y la sobre-exposición, y a veces también usa técnicas, por ejemplo acuarela azul sobre película de tereftalato, que dificultan la precisión. D.L Alvarez hace algo igualmente transformador, dibujando a partir de imágenes computarizadas de integrantes de la familia Manson y de los Panteras Negras que se descomponen, al ampliarlas, en cuadrículas pixeladas. Estos rectángulos de grafito delicadamente matizados hacen que los rostros y los slogans parezcan no resueltos e ilegibles.
Andrea Bowers va más lejos, dibujando figuras seleccionadas en fotografías de grupos activistas que practican una resistencia no violenta. Hace flotar los cuerpos sobre hojas grandes de papel blanco, divorciando el gesto del contexto (o, quizá, preguntándose si es posible hacerlo).
Curiosamente, la muestra no diferencia entre artistas que usan imágenes encontradas y los que trabajan a partir de sus propias fotos. Ewan Gibbs toma fotos "turísticas" de Nueva York desde el punto privilegiado del edificio del Empire State y luego las traslada a papel milimetrado usando triángulos, círculos y otras notaciones diminutas de los libros de patrones de tejido. Y Richard Forster dibuja a partir de sus propias fotos, tomadas desde un tren en movimiento, de una siderúrgica inglesa que había sido tapiada para cerrar. En ambos casos, el dibujo actúa como una manera de racionalizar una imagen sentimental.
Para otros artistas es una forma de recuperar el control de una imagen que fue publicada, voluntariamente o no, en Internet.
El deslumbrante autorretrato en pluma y tinta de Paul Sietsema está basado en una foto que encontró buscándose a sí mismo en Google. La había tomado Hedi Slimane para un artículo sobre la movida del arte en Los Ángeles pero subsistió como parte del Diario de moda de Slimane; con su dibujo, Sietsema recupera su propio rostro del archivo de la diseñadora de moda.
Y si bien parece una página de diario, "Birthday Drawing" de Karl Haendel también es una suerte de autorretrato, una reproducción de la primera plana del diario soviético Pravda del 1 de julio de 1976, el día que nació.
La muestra podría haber utilizado más obras de Haendel, cuyas instalaciones de dibujos en base a fotos hacen parecer la disciplina técnica como una opción radical.
En tanto "Birthday Drawing" se remonta a una fecha específica, otros dos proyectos en la muestra son continuos. En su serie "Currency" de diarios y noticias, Mary Temple realiza una especie de diagrama o matriz con cabezas de retratos de líderes mundiales en la noticia. Les asigna lugares elevados o bajos en la página en base a sus sentimientos hacia esa persona en ese día particular.
Es el dibujo como mensaje de Twitter, como algo del momento; las actualizaciones semanales contribuyen a mantenerlo como algo nuevo, aunque es dudoso que los espectadores encuentren algo polémico en la ubicación que da Temple, por ejemplo, al coronel Muammar el-Qaddafi.
De manera más dolorosa, Emily Prince viene realizando pequeños retratos de todos los soldados hombres y mujeres estadounidenses que murieron en Irak y Afganistán desde 2004: 5.720 en total al 31 de diciembre de 2010.
Aquí, muestra más de 500 dibujos que se remontan al comienzo del año pasado, pinchados en la pared como un gran mapa de los Estados Unidos, y los agrega cuando se reportan nuevas víctimas.
Los dibujos son considerablemente crudos, basados sólo en imágenes del sitio de Internet Military City, y el uso que hace Prince de cinco matices de papel para acercarse a diferentes tonos de piel es una gaffe bienintencionada.
Pero ella desempeña una función importante: prestar "cuidadosa atención a los logros de otros", en palabras de Gilman, la clase de atención que cuesta sostener en las formas artísticas más corrientes. Lynne Tillman, otra de las autoras del texto en el catálogo, lo señala bien: "Veo una mano moviéndose sobre el papel, borrando una línea, haciéndola de nuevo. Es tan humano".

Fuente: Revista Ñ Clarín


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