UN ARTISTA MUY JOVEN REPRESENTA AL PAÍS EN LA BIENAL DE VENECIA



BARRO. LA OBRA “MI FAMILIA MUERTA”, QUE VILLAR ROJAS PUSO EN USHUAIA.

Por Mercedes Pérez Bergliaffa

Después del enigma, se hizo la luz: ayer se anunció en Cancillería quiénes integrarán el envío argentino del año próximo a la 54ª edición de la Bienal Internacional de Venecia, que empieza en junio y es la muestra de arte más importante del mundo. Los elegidos por la embajadora Gloria Bender son el curador Rodrigo Alonso y el muy joven artista Adrián Villar Rojas.
Nacido en 1980, este rosarino viene conmoviendo al mundo del arte local e internacional con mucha fuerza. De hecho, el famosísimo curador suizo Hans Ulbrich Obrist, top de lo top en arte contemporáneo, cobija bajo su ala a Villar Rojas. Vestido de sencilla remera blanca y cabellos atados con una colita, el artista ayer agradeció la confianza, prometió “trabajar mucho” y se llamó a silencio.
“En los 60´ los artistas que representaban a Argentina en la Bienal eran los jóvenes Macció y Lamelas, por ejemplo”, explicó Alonso. “Lamelas representó a la Argentina con sólo 24 años. Elegir ahora a Villar Rojas es volver a apostar por un artista joven pero con trayectoria reconocida. Es pensar en una puerta abierta al futuro.” Villar Rojas se especializa en instalaciones efímeras dentro de un espacio determinado, sobre todo utilizando arcilla o barro sin cocer. Las realiza in-situ. Por eso es especialmente importante esta vez el espacio que Argentina va a ocupar dentro del predio de la Bienal en el 2011 (ver Una ubicación...).
Un ejemplo de sus tremendas obras hechas en barro crudo fue la ballena de cinco metros de largo construida en el bosque Yatana de Ushuaia, en ocasión de la II Bienal del Fin del Mundo (2009).
Sin dudas, el joven es uno de los artistas argentinos más creativos que surgieron en las últimas décadas, gracias a su enorme imaginario; a su elección de unos materiales humildes donde importa más lo que dice que los medios con que lo dice; y gracias a su gran poesía. Ella, sobre todo, marca una diferencia: no abunda entre los artistas plásticos de las generaciones jóvenes e intermedias, concentrados en la tecnología y en aspectos formalistas de sus obras.

Fuente:clarin.com

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