EL CENTRO CULTURAL RECOLETA FESTEJA
SUS 30 AÑOS JUNTO A SUS HACEDORES



Un ícono porteño / Los artistas recuerdan sus comienzos
Hoy abre al público una muestra con obras de Clorindo Testa, Luis Fernando Benedit y Jacques Bedel

A la izquierda, Bedel, Testa en el centro y, a la derecha, Benedit, en 1980.
Foto GENTILEZA CENTRO CULTURAL RECOLETA

Laura Casanovas
LA NACION

Hace tres décadas fueron los responsables de la obra arquitectónica que le dio origen. A partir de hoy, a las 19, la institución festejará su 30° aniversario con una exposición de esos tres grandes realizadores: Clorindo Testa, Luis Fernando Benedit y Jacques Bedel.
En diciembre de 1980, el Recoleta abrió sus puertas a la experimentación artística en un espacio remodelado por los tres artistas/arquitectos, que le dieron nueva función a un edificio que constituye una de las construcciones más antiguas que se conservan en la ciudad, que en el siglo XVIII había pertenecido a los frailes Franciscanos Recoletos y que luego se convirtió en un asilo de mendigos.
Para este aniversario, "era indispensable convocar a los tres geniales artistas que lo diseñaron", señaló Claudio Massetti, director del Recoleta, institución que pertenece al gobierno porteño. Reunidos por La Nacion, Testa, Benedit y Bedel recordaron la obra que los convocó como arquitectos, en un diálogo en el que el humor y el recuerdo se desplegaron en dosis parejas. "Fue una obra interesante, divertida arquitectónicamente, creo que nos llevamos bastante bien", comentó Benedit.
Hace treinta años, los tres posaron para una serie de fotografías en distintas partes del edificio. "Cuando veo la foto de aquella época lo primero que pienso es ¿y éstos quiénes son? Después me doy cuenta de que somos nosotros", comentó Testa con su habitual jovialidad.
En tanto, Bedel señaló: "Este edificio fue uno de los primeros que se hicieron como restauración, pero no histórica, sino con intervención de ideas contemporáneas, cosa que no tenía muchos antecedentes en esa época. Fue un desafío". También recordó que el Recoleta irrumpió en la escena cultural porteña como un espacio de experimentación artística y de propuestas nuevas que le daba oportunidades a la gente joven desde un ámbito oficial, lo cual era novedoso.
Testa rememoró el llamado que recibieron del entonces secretario de Cultura, Ricardo Freixá, para realizar la obra, debido a que los tres eran arquitectos y artistas. Nunca habían trabajado juntos como arquitectos, pero sí como artistas. Como integrantes del Grupo CAYC, en 1977 habían ganado el Gran Premio de la Bienal de San Pablo.
"Cuando nos convocaron para la obra del Recoleta fue un desafío y un honor, e hicimos el anteproyecto ad honorem ", dijo Bedel. Si bien no volvieron a realizar juntos otra obra arquitectónica, continuaron vinculados en el campo de las artes visuales. En cuanto a los roles durante la construcción del centro, Benedit comentó con humor: "Clorindo llegaba más temprano y lo agarraban a él primero. El era el bueno y yo el malo". En tanto, Bedel agregó en sintonía: "Yo era el jamón del sándwich, hacía de amortiguador entre las dos versiones".
Testa+Bedel+Benedit es la exposición de obras que, hasta el 20 de febrero, se exhibirá en la sala Cronopios del Recoleta (Junín 1930). Una selección que ofrece trabajos de distintas etapas de cada uno de los artistas, a lo largo de estos 30 años. Si bien sus propuestas artísticas son diferentes, hay elementos que los unen, como ellos mismos señalan: una forma parecida de pensar, una constante renovación, y ganas de seguir generando ideas y propuestas.

REABRE EL AUDITORIO

* A la inauguración de la muestra de Testa, Bedel y Benedit, por los 30 años del Centro Cultural Recoleta, se sumará hoy la reapertura del auditorio El Aleph que posee esa institución, cuya obra estaba detenida desde 2007. El año pasado, el gobierno porteño firmó un convenio con la Universidad Maimónides, por el cual esta última institución colaboró en la restauración y puesta en valor del auditorio, con capacidad para 150 espectadores. Se restauraron los techos, repararon paredes y ventanales de vidrio. La tarea de la Asociación Amigos del Centro Cultural Recoleta posibilitó además que se cambiaran las butacas, el alfombrado y se reconstruyera el escenario.

Fuente: lanacion.com

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