LLEGA AL MALBA LA VORÁGINE CREATIVA
DE MARTA MINUJÍN



Artes visuales / Recorrido por 30 años de trayectoria
Hoy se inaugura una retrospectiva que abarca más de 100 obras


"Es una exposición para ser vivida", adelantó la artista. Foto Maxie Amena

Laura Casanovas
LA NACION


"Lo único que me importa es estar adelantada. El artista siempre tiene que romper." Lo dice Marta Minujín, que sabe de qué habla. Porque su obra siempre fue un poco más lejos, con cada trabajo y cada idea. Porque lo suyo ha sido captar el presente para convertirlo en arte y proyectarlo al futuro. Porque el júbilo, el espectáculo, la crítica, la política, la novedad y el desconcierto son las claves de su trayectoria.
Desde esta tarde, a las 19 (con entrada gratuita sólo hoy), el público podrá asistir al universo artístico de Minujín a través de una muestra retrospectiva de más de 100 obras que presenta el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), con la curaduría de Victoria Noorthoorn.
La exposición se centra en las obras y proyectos que Minujín, artista fundamental de la historia del arte argentino y referente en el ámbito internacional, realizó entre 1959 y 1989. Allí están sus trabajos más paradigmáticos, en algunos casos a través de reconstrucciones, evocaciones y registros fílmicos y fotográficos de sus performances, happenings y ambientaciones.
Así se suceden, con ritmo incesante, hitos en la trayectoria de esta artista de 67 años, como el registro fotográfico de La destrucción (de 1963), su primer happening en el que quemó sus obras en París; la reconstrucción de uno de los 16 módulos de La Menesunda (el de la cama con la pareja recostada, en vivo), que en 1965 presentó en el Instituto Di Tella con Rubén Santantonín, y el video original de la propuesta Simultaneidad en Simultaneidad, de 1966, sobre los medios de comunicación masiva.
Una trayectoria que comenzó en 1959 con sus obras informalistas y que, poco después, dio lugar a los relieves con cartones. Les siguieron los colchones multicolores y sus propuestas que cuestionan el espacio y la posición del espectador respecto de la obra de arte, como en La Galería Blanda, con 200 colchones, reconstruida para esta muestra. También están las célebres ambientaciones El Batacazo y el Minuphone, una cabina telefónica que sorprendía con efectos especiales.
"En general pensamos en una Marta lúdica, superficial, pop, colorida, y todo esto es un trabajo denso, crítico, existencialista. Ella le propone al espectador una situación de acercamiento a la obra, y a veces creo que se ha leído más esa incorporación que lo que está diciendo la obra respecto de un momento", comentó Noorthoorn a La Nación.
Por ejemplo, en el happening Kidnappening, de 1974, en Nueva York, 30 actores tomaban a personas del público -que habían firmado que aceptaban ser "raptadas"- y las introducían a cada una en un automóvil con los ojos vendados. Como también en El Partenón de Libros, con motivo de la vuelta a la democracia en nuestro país, en 1983, recubierto por 20.000 libros, muchos censurados durante la última dictadura militar. Y que la gente luego se podía llevar.
"Le va a encantar a todo el mundo. Se pueden meter en La Galería Blanda y sacarse los zapatos, se pueden sentar a ver La Menesunda, pueden tirarse en el piso de Importación-Exportación, ver las películas, es variada", dijo Minujín a La Nacion, al comentar la muestra. Y añadió: "Es una exposición para ser vivida".
Con el auspicio del Citi, la muestra permanecerá abierta hasta el 7 de febrero, en Figueroa Alcorta 3415. Y el próximo lunes, a las 18, habrá una charla gratuita en el auditorio con la curadora y la artista.



No hay comentarios:

Publicar un comentario