CRITICAN UNA NUEVA LEY
SOBRE EL SAQUEO DE PIEZAS ARQUEOLÓGICAS



CATACUMBAS. LAS DE SANTA TECLA, EN ROMA, EN DONDE SE ENCUENTRA EL LLAMADO “CUBÍCULO DE LOS APÓSTOLES”.

Hasta ahora es un delito grave. Pero si se aprueba, se pagará sólo una multa.

Son miles y miles, quizás millones, las piezas arqueológicas poseídas en forma ilegal en Italia o que ya han tomado el camino del exterior. Si se aprueba una norma propuesta en la maniobra fiscal que debe permitir el ingreso de 24 mil millones de euros a las arcas del Estado, lo que hasta ahora es un grave delito pronto será despenalizado , y bastará una módica multa para sanear la posesión de las antigüedades que forman parte de los tráficos de la llamada “arqueomafia”, con ramificaciones internacionales.
Muchos creen que se trata de un chiste, pero no es así. Italia es la tierra milenaria que ha acumulado con sus civilizaciones históricas un patrimonio arqueológico único. Pero quien declare haber poseído monedas, estatuas, todo tipo de objetos, hasta diciembre del año pasado, podrá obtener del Estado una concesión en deposito de treinta años de duración, aunque lo que tiene provenga de excavaciones clandestinas.
La norma despenaliza la posesión “poniendo los bienes arqueológicos en manos de quienes hasta hoy los han depredado”, explica Tsao Cevoli, presidente de la Asociación Nacional de Arqueólogos.
“Todo se revelará pronto como un regalo a los mercantes clandestinos de arte”, agrega. En primer lugar a los llamados “tombaroli”, los especialistas en descubrir, excavar y depredar por ejemplo las tumbas etruscas en la zona de Cerveteri, 40 kilómetros al norte de Roma, y en muchos otros lugares, como Pompeya.
Pero además de los “tombaroli”, el robo de obras de arte antiguas y de objetos arqueológicos valiosos está en manos de una muy bien organizada mafia de la especialidad.
Los arqueólogos protestan. Se han organizado en Facebook para promover una reacción colectiva.
Si la norma, que está metida entre los mil artículos de la ley fiscal, es aprobada, personajes considerados criminales pasarán a convertirse en “estimados coleccionistas y managers de bienes culturales”, sostiene Cevoli.
Los arqueólogos citan como ejemplo a Giacomo Medici, el mayor abastecedor de bienes arqueológicos italianos a los museos norteamericanos, o a Gianfranco Bechina, que según policías y magistrados habría sustraído un millón de bienes antiguos del subsuelo italiano.
La norma se llama oficialmente “emersión y catalogación de bienes arqueológicos” , e incluye naturalmente una revisión de las sanciones penales. El objetivo según los parlamentarios del partido de Berlusconi que auspician la norma, es hacer emerger un patrimonio arqueológico extraordinario y conseguir que sea catalogado. Pero con el dinero de las multas no se pagaría sino una suma ínfima de los recursos necesarios para realizar la catalogación.
Los críticos señalan que el objetivo del gobierno no es tampoco “hacer caja”, porque el dinero que recaudaría sería muy poco. El motivo verdadero, detrás del cual están personajes muy pero muy importantes, es obtener una “indiscriminada legalización de los bienes arqueológicos fruto de excavaciones clandestinas e ilícitamente sustraídas a la colectividad”, como denuncia la Asociación Nacional de Arqueólogos de Italia.

Fuente: CLARÍN

No hay comentarios:

Publicar un comentario